Por presión de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) para recuperar la Categoría 1 de seguridad aérea, por convicción o por lo que haya sido, el hecho es que en esta administración se volvió a conformar el área de Medicina de Aviación, ahora como una dirección dentro de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), cosa que muchos actores de la industria pedían y no sólo porque “suena bien” sino por razones muy poderosas.
En primera instancia, la Medicina de Aviación es una especialidad que, por desgracia, ya no está disponible para muchos civiles, aunque sería muy importante que la Facultad de Medicina de la UNAM o alguna otra universidad de prestigio la impartiera.
¿Por qué es importante? En primera instancia, hay que recordar que las condiciones en las que laboran los tripulantes o los controladores de tránsito aéreo, no son las mismas que cualquier profesional de otro sector. La aviación y también la industria aeroespacial, suelen ser profesiones sujetas a condiciones que ponen a prueba la resistencia y la resiliencia del cuerpo humano.
Los ambientes presurizados, los recurrentes cambios de horario, el jet lag, el llamado “síndrome de la clase turista”, es decir, la circulación sanguínea que, si no se cuida, puede derivar en una trombosis, y muchas otras afecciones que están en el catálogo de la especialidad, son muestra de que este tipo de profesionales, tan importantes ya que ellos cuidan de nuestra seguridad, no pueden tratarse como cualquier otra actividad.
Por eso es que, para la industria del transporte aéreo, era tan importante recuperar esta área. Por allá en los años 60 del siglo pasado, tanto Medicina de Aviación como el Centro de Instrucción y Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC), fueron dos instituciones importantes y vanguardistas que en su momento le dieron a México un estatus en la aviación en el mundo. Hay que recordar al Dr. Luis Amezcua, un pionero y gran médico que creó el Centro Mexicano de Medicina de Aviación y trajo la especialidad a nuestro país, se encargó de formar a cientos de médicos y de mostrar a las aerolíneas, a las asociaciones gremiales y a muchos actores de la industria la importancia de poner atención a esta importante herramienta de seguridad operacional, que es tener tripulantes y técnicos aeronáuticos en excelentes condiciones de salud para que los vuelos se desarrollen en forma segura.
En los años 90s a algún burócrata se le ocurrió que no debía haber una dirección exclusiva de Medicina de Aviación y la concentró en Medicina Preventiva del Transporte, lo que dio al traste con la especialidad.
Hoy en día, el encargado de recuperar el área de Medicina de Aviación es el doctor Edgar Rivas Pelayo, quien en estos 20 meses ha logrado abatir el rezago en el que estaba esta oficina desde que fueron cancelados los médicos terceros autorizados, además de que se atravesó la pandemia, todavía inserta en Medicina del Transporte.
Poco a poco se ha ido recuperando el área, aunque aún faltan muchas cosas, como por ejemplo, refundar el Centro de Medicina de Aviación que en justicia debería llamarse Luis Amezcua y tener profesores (de los cuales, la Sedena tiene muchos) para formar a nuevos profesionales de esta especialidad. Ojalá. E-mail: [email protected]
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