Después de la difícil situación que vivió la aviación a nivel mundial durante la pandemia, la recuperación ha sido sostenida, aunque desigual. América Latina abrió muy bien el 2022 y en el 2023 ha logrado recuperar lo perdido, pero hay cierta preocupación porque no se ve que la región conserve el impulso de crecimiento para el siguiente año.
En otras regiones, en particular Europa y Asia-Pacífico, las cosas son distintas. Asia-Pacífico tardó en reaccionar porque China no terminaba de abrir sus fronteras y ya se sabe que ese es el motor más fuerte en la región. El 2022 fue por ello poco alentador, pero en el 2023 han recuperado la acostumbrada fortaleza y no sólo por China sino ahora por la India, el panorama se ve bastante alentador para el siguiente año.
En Europa la cosa no va tan bien. Sí hay recuperación, sin duda, pero el fenómeno de sustitución del tren por el avión parece que va en serio. Hace años que se solía decir que “el futuro de la aviación europea son los trenes” y es normal. Los cielos de esta región están saturados y tanto por una cuestión de eficiencia en la administración del tránsito aéreo como por las nuevas tendencias de limitar el uso del avión por razones del medio ambiente, los aeropuertos y los cielos están cediendo terreno para que los vuelos de largo alcance sean los que utilicen los slots y el uso de espacio aéreo.
Por el lado de las nuevas tecnologías, parece que el tema del Combustible de Aviación Sostenible (SAF) está tomando ya más fuerza. Estados Unidos ha sido el país que más le ha apostado a este compromiso ambiental, pero ya se está creando una inercia en otros países. Desde luego que Francia, Alemania, otros europeos tienen a sus ciudadanos muy pendientes en este sentido, pero también hay sorpresas, como la de Arabia Saudita que, a pesar de tener aún miles de millones de barriles de petróleo como reserva probada, ya la apuesta a los nuevos combustibles y esto está jalando aún más la tendencia, lo cual si bien “documenta el optimismo” (Monsi dixit), hay que tomarlo con paciencia porque aún falta mucho para crear la masa crítica que permita precios mucho más bajos en este clase de combustible.
El otro asunto es el de los nuevos propulsores, hidrógeno y electricidad de otras clases. Esto pinta para ir mucho más lento (es normal), pero lo que más lo atora es que la aviación, que solía tener excedentes que pagaran las mejoras tecnológicas, hoy está en la rayita porque todos quieren volar barato y eso, a la par que estresa las rentabilidades de aerolíneas y aeropuertos, satura los cielos y la infraestructura, sin dejar grandes ganancias.
En fin, retos grandes que tendrán que irse sorteando en los años venideros.
Como posdata hay que decir que el martes próximo está previsto el primer vuelo de la nueva Mexicana de Aviación. En tal caso, la sección siguiente verá la luz hoy por última vez. Ojalá sea para bien. Feliz Navidad.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: [email protected]
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