En estas semanas se analiza la forma cómo se hará efectiva la reducción temporal de slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), reducción que fue decidida por el comité de horarios del mismo aeropuerto y que, en principio, se acogerá a las directrices IATA de slots (WSG).
Dichas directrices, si bien no son obligatorias, sí marcan una ruta que posee el consenso de la mayoría de los operadores aéreos del mundo, ya que se ajustan a criterios de seguridad y eficiencia muy probados a lo largo de los años y por lo tanto, pueden ser considerados el estándar de la industria o, dicho con lenguaje IATA, “mejores prácticas” a nivel global.
La recomendación general de IATA es que no existan reducciones de slots, pero si esto es inevitable -como es el caso- se debe buscar que sea temporal en plena coordinación entre los diversos operadores que participan en el Comité de Horarios respectivo y una vez superada la temporalidad, cada operador podrá recuperar sus “slots históricos”, es decir, aquellos que ha mantenido durante muchos años.
En ese sentido, quienes trabajen en el AICM para diseñar el tablero final de uso de slots para la temporada de invierno 22-23, deberán reducir en una forma ponderada, mas no uniforme, en aproximadamente un 15% el uso de los slots en el aeropuerto. ¿Qué significa eso? Que la reducción no puede hacerse “a rajatabla”, es decir, deberá darse de acuerdo con el peso específico que cada aerolínea tiene en la franja horaria correspondiente. Esto implica que algunos operadores tendrán más “recortes” en ciertos horarios, en función de que el número de slots que usan es más grande que otros que tal vez usen más slots en otros momentos del día, pero que en el total “pesan” menos.
Es de esperarse que nadie quede contento, pero al menos la dirección del aeropuerto debería buscar que estén conformes con la reducción que a todos les supone un esfuerzo equivalente y no permitir que se convierta en un asunto de litigio porque se tenga la sensación de que no fue equitativa.
Este es uno de los procesos que el AICM estará resolviendo lo antes posible, ya que es necesario que las aerolíneas publiquen cuando antes sus horarios de operación para la venta de boletos de la temporada que está en puerta.
Pero éste no es el único reto que tiene el Vicealmirante Velázquez Tizcareño por delante. En una entrevista que ayer publicó El Economista, se da cuenta de los muchos problemas que enfrenta la principal infraestructura aérea del país.
Alguna vez un director AICM lo describió como “un auténtico queso gruyere” por donde se filtra de todo: narcóticos, migrantes, trata de personas, alimentos, contrabando, piratería, armas, etc. Desde luego que nunca es fácil hacer frente a una estructura que lleva años sosteniéndose entre hoyos y cuyos ingresos más importantes se destinan ahora a pagar lo que no se hizo para solucionar los problemas que, si bien es cierto que se arrastran desde hace años, deberían haber tenido una respuesta rápida ante la cancelación del aeropuerto sustituto pero ahora con la agudización de problemas añejos como son la trata de personas, el narcotráfico, la migración ilegal y el crimen organizado. Ojalá. E-mail: [email protected]
Facebook comments