La industria del transporte aéreo fue una de las más afectadas con la pandemia del COVID-19. Nunca, en su corta vida como industria, la aviación había sufrido tal desplome y, sin embargo, es uno de los sectores que más rápido está recuperándose. No obstante, se enfrenta a muchos retos, pues aunque la demanda crece constantemente, hay un problema de fondo que está afectando de raíz a la industria: la falta de personal capacitado en la nueva realidad laboral.
Durante la pandemia, las aerolíneas redujeron sus plantillas laborales, ejecutaron una serie de estrategias, que incluyen incentivos a la jubilación anticipada voluntaria, licencias y trabajos a tiempo parcial, despidos de eventuales y permanentes, entre otros. Mucho personal abandonó la industria temporalmente o para siempre, y hoy las aerolíneas requieren cubrir la misma oferta de asientos pero con menos personal y lo peor: han buscado contratar a nuevos empleados de forma temporal y, en las prisas por cubrir las plazas, la capacitación ha sido deficiente, en detrimento del servicio.
Durante los meses más difíciles, las compañías aéreas europeas cancelaron vuelos para cumplir solo con su capacidad mínima e, incluso, ante la imposibilidad de volar, se generó un fenómeno de viajar por carretera o por tren.
En los últimos dos años, más de 20 mil trabajadores fueron despedidos del aeropuerto de Charles de Gaulle, Francia, y 10 mil del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol.
Las aerolíneas de Reino Unido recortaron cerca de 30 mil empleos, British Airways registró pérdidas de más de 4 mil millones de euros y Air Europa tiene una deuda que ronda los 800 millones de euros.
Ya en la “nueva normalidad”, diversos sindicatos han realizado huelgas intermitentes de corto plazo para presionar a las aerolíneas y terminales aéreas, demandando mejores condiciones laborales y recuperación de salarios. El paro de los sindicatos de tripulantes de cabina de Ryanair en Bélgica, España, Portugal, Francia e Italia afectó el 2% de 9 mil vuelos programados.
La huelga de trabajadores del aeropuerto de Charles de Gaulle provocó la cancelación del 25% de los vuelos. La tripulación de cabina de EasyJet emplazó a huelga durante nueve días, exigiendo un aumento del 40% en su salario.
Lufthansa y su filial Eurowings cancelaron más de mil vuelos por falta de personal. La aerolínea EasyJet realizó 140 mil vuelos en sus horarios de verano, lo que representa el 87% de su capacidad.
El COVID-19 provocó cancelaciones de vuelos alrededor del mundo, muchas aerolíneas salieron afectadas al punto de la quiebra, otras sobrevivieron trazando estrategias de eficiencia en flota y de personal, pero en el caso de las europeas y norteamericanas fue posible sobrevivir gracias a subsidios de sus respectivos gobiernos. Hoy, los desacuerdos sobre salarios y los planes de reducción de costos, no hacen más que apretar el nudo en una industria en recuperación.
La pregunta es, qué tanto afectará la reputación, costos y operaciones de las aerolíneas esta pérdida de capital humano, porque hay que ser muy conscientes que el Personal Técnico Aeronáutico integra perfiles muy especializados que no son nada fáciles de recuperar.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcir a los trabajadores su patrimonio. E-mail: [email protected]
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