Cuando una empresa entra en problemas de reestructura, los acreedores suelen ceder parte de sus reclamaciones para que la empresa resurja y el negocio siga adelante. Esto a pesar de que los bienes entregados o los servicios prestados lo hayan sido en tiempo y forma, calidad y precio. Pero la lógica económica nos dice que es mejor que el negocio vuelva a caminar -y para ello todos sacrifican algo-, a dejar que la empresa quiebre y así nadie gana y todos pierden (como sucedió en el caso de Mexicana de Aviación).
Bajo la forma de Capítulo 11 que se usa en Estados Unidos, las reestructuras de aerolíneas son cosa frecuente, de forma que los trabajadores de ellas han encontrado una forma de compensar hacia el futuro los sacrificios que se hacen para lograr que las empresas salgan adelante, a través de los “claims” que les dan oportunidades de ganancias una vez que las aerolíneas vuelven a las ganancias.
Cuando hablamos del caso de los trabajadores de Aeroméxico, aerolínea que está en reestructura bajo Chapter 11, es importante analizar el entorno global. Sabemos que otras líneas de la región, como Avianca y Latam, también han pasado por este proceso y en todos los casos las empresas reconocieron adeudos a sus trabajadores por cobros no devengados, pero en el caso de Aeroméxico, aunque de inicio se reconocieron 3.3 millones de dólares a ASPA, la Corte de NY también concedió de forma única, las reducciones a contratos de todos los trabajadores, que hacen posible que el negocio siga funcionando en el futuro.
Estos “claims” importan sumas de 316.4 millones de dólares para ASPA; 7.3 mmdd para el STIA; 126.7 mmdd ASSA y 47.7 para el Independencia, totalizando un reconocimiento concursal de 498.3 mmdd. Es importante mencionar que las contribuciones de ASPA se registraron expresamente en un anexo, donde se explicita el nuevo contrato con una protección legal que es una innovación en este tipo de reestructuras y que permite a los tripulantes ser parte actora en la recuperación de su empresa que, dicho sea de paso, no es la primera vez que sucede, pues en 1988 ASPA fue también protagonista en la conformación de la nueva Aeroméxico. El sindicato Independencia se adhirió a estos términos.
No es extraño que los acreedores, ya sean sindicatos o empresas, transfieran sus Claims a otros inversionistas, ya que los términos de las negociaciones son a veces muy duros. Y en el caso que nos ocupa, ASPA decidió negociar una parte de su claim, 268.5 de 316.6 mm de dólares con Barclays Bank PLC. Pero, además, hay otras cláusulas que también permiten a los tripulantes estar cerca del proceso de recuperación, como son la posibilidad de intercambiar el claim restante (48 mmdd menos quitas) por acciones al final del proceso, así como gozar de las utilidades financieras.
No hay que olvidar que los pilotos hicieron enormes concesiones y resalta aquí el caso de los Comandantes que optaron por la jubilación anticipada para que los más jóvenes puedan ser contratados y hacer una carrera dentro de la empresa en México, en lugar de tener que exiliarse en otros países, como ocurrió con Mexicana. Sin duda que estos son ejemplos de cómo si puede haber solución con solidaridad.
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