En el año que está por terminar, 4,500 millones de pasajeros tomaron un vuelo en algún lugar del mundo. Los servicios aéreos transportaron 61 millones de toneladas y hay 22 mil pares de ciudades conectadas por aire. Si comparamos nuestra industria del transporte aéreo del 2019 con lo que ocurría hace 20 años, hoy hay más del doble de rutas que en ese entonces y la tarifa promedio es 62% más baja en términos reales.
Estos datos, que dio a conocer la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) muestran una parte del panorama que las aerolíneas van monitoreando constantemente con el fin de medir el impacto de la aviación en la economía global y en el crecimiento del bienestar de los países y las personas.
Gracias a ello podemos estar conscientes de que el transporte aéreo es mucho más que una actividad “para ricos” como erróneamente piensan quienes no conocen la realidad del sector y su fuerza en la economía de un país, ni por qué es una herramienta de competitividad que apoya el turismo, el comercio y es, de muchas maneras, un embajador itinerante de una nación, razón por la cual se requiere de una política que la apuntale.
Es importante saber que este año que termina no fue de los mejores en términos económicos. Las ganancias netas de las aerolíneas comerciales fueron en 2019 de 25.9 mil millones de dólares, en tanto que en 2018 fueron 27.3 mil millones y en 2017, de 37.6 mil millones, es decir, la tendencia es a la baja, pero se espera revertirla en 2020 con ganancias por 29.3 mil millones. El margen de ganancia neto por pasajero promedio es de 5.70 dólares, pero esto depende de la región, ya que América Latina trae más bien una pérdida de 1.32 dólares por pasajero transportado y las perspectivas son que en el 2020 esta pérdida se convierta en una ganancia de 42 centavos de dólar por pasajero, pero todavía muy lejos del promedio.
Este año habrá pérdidas por 400 millones de dólares en las aerolíneas de la región, mala noticia pero mejor que los 800 millones de dólares perdidos en 2018. Y aunque a nivel global sí se resiente un estancamiento, parece -según los ejecutivos de IATA- que se ha logrado evitar el fantasma de la recesión.
En contrapartida, la seguridad de las operaciones ha ido mejorando. En el primer semestre hubo 20 accidentes con 201 fatalidades, en tanto que en el segundo los eventos fatales fueron sólo 3 y las muertes 26 pasajeros y tripulantes más 10 en tierra. Todo ello se compara positivamente con 2018, cuando hubo 62 accidentes, 11 de ellos fatales y 523 muertes.
Por otro lado, la eficiencia del combustible -que tiene un impacto en la estructura de costos de las aerolíneas de entre 23 y 30% según el tipo de empresa- ha superado las metas, ya que el compromiso de las aerolíneas IATA era incrementar la eficiencia en este rubro en 1.5% entre 2009 y 2020 y al día de hoy el indicador ha superado el 2.3%, una buena noticia si se toma en cuenta la gran preocupación por el medio ambiente. De cualquier forma no ha sido un mal año.
Lo oí en 123.45: ¿Y Mexicana? E-mail: [email protected]
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