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En este tremendo accidente provocado, porque no fue involuntario, estuvieron involucradas dos aeronaves, una de ala fija, un ERJ700 Bombardier de la compañía American Eagle, subsidiaria de American Airlines, una de ala rotativa y un helicóptero Sikorsky UH60 Black Hawk de la fuerza aérea estadounidense con sesenta y cuatro almas a bordo el primero y tres en el helicóptero.
La aeronave de ala fija se encontraba en trayectoria de aproximación en un descenso ILS a la pista 01 y, a sugerencia del control de torre, se aproximaba a la pista 33 del aeropuerto Ronald Reagan de Washington DC. Las condiciones eran visuales y por eso el controlador instruyó al helicóptero a seguir al tráfico de American Airlines tal como se acostumbra en cualquier zona de control del mundo. En el afán de tratar de dilucidar qué fue lo que pasó se puede afirmar lo siguiente: el avión CRJ700 se encontraba perfectamente montado en sus trayectorias, de planeo y de localizador del ILS, siguiendo sus indicaciones correctamente, el helicóptero invadió la trayectoria del avión que nada pudo hacer para tratar de esquivar el inminente golpe mortal, es más, no creo que lo haya visto. Otro personaje importante y que aunque no se vea como relevante era el controlador de tránsito aéreo en turno en ese momento en la torre de control. Me gustaría que lo viéramos desde la perspectiva de ver de qué manera pudo haberse evitado, una especie de análisis del “what if”, “y si”, quizá exagero, pero algo como, si el helicóptero hubiera colacionado la instrucción que se le dio, si el avión no hubiera aceptado el cambio de pista, etcétera.
No hubiera pasado nada si el helicóptero no hubiese estado en capacitación, esto implicaría que el personal militar que lo pilotaba estaba mejor preparado, gozaba de más experiencia, quiero pensar que la noche estaba tranquila de tráfico, en los videos se advierte un avión en ascenso, el helicóptero dirigiéndose de manera deliberada contra el aeroplano en aproximación y el propio avión de American Airlines, dada la obscuridad reinante, solo se observaban las luces de todas la aeronaves referidas.
Lo mencionó el presidente Trump, ¿por qué razón solo había un controlador aéreo en la torre de control en ese momento? En la torre de control del aeropuerto en una ciudad donde están emplazadas oficinas tan importantes para el país del norte como, la Casa Blanca, el pentágono, el parlamento estadounidense, y otras, ¿en la torre de control se debe permitir que se encuentre un solo controlador manejando esa importante zona, en el país más poderoso del mundo?. En verdad no lo entiendo, ni acepto que haya sido de esa manera. En pocos lugares controlados se aceptaría que un solo controlador fuera el responsable de mantener la separación de los tráficos.
Sí bien es cierto que el controlador hizo su trabajo instruyendo al piloto del helicóptero a seguir al tráfico de American Airlines como número dos, el controlador no pudo insistir al helicóptero que no le colacionó su instrucción porque quizá estaba atento de otros tráficos o simplemente no lo tomó en cuenta. Estoy seguro de que si hubiera habido otro controlador o un supervisor en esa torre de control en ese momento se hubieran percatado de que el helicóptero se dirigía o estaba muy cerca del avión en aproximación y lo hubiese desviado sin pensarlo.
El tema del número de personal técnico aeronáutico y su preparación de calidad se está convirtiendo en un verdadero reto para la industria, creo que la llevamos de gane desde el momento en que en varios casos la alta dirección está preocupada (ojalá que también estuviera ocupada), sin embargo, no en todas las empresas que emplean este tipo de trabajadores se están haciendo las cosas bien. No se diga de los gobiernos y a quienes les toca llevar los temas aeronáuticos a quienes hay que jurarles y perjurarles que el número de trabajadores que debe emplearse está en consonancia con la seguridad de las operaciones.
Dicho en otras palabras, dependiendo del número de personas que tengan trabajando en los puestos operativos será que los aeropuertos y las operaciones que se realicen no tengan accidentes o incidentes graves. Y, para hacerla peor, las altas direcciones de múltiples empresas del estado que manejan la aviación están solo “cuidando” sus puestos y en aras de que les permitan seguir al frente son capaces de obviar temas importantísimos, aunque se niegue, esto es una realidad, es en verdad una pena porque estos últimos no saben hacer entender a los que verdaderamente toman las decisiones en el país que el número de personal técnico aeronáutico y su óptima preparación son temas CRUCIALES para el país.
Regresando al penoso accidente que tantas vidas inocentes cobró, de manera muy personal lo digo, para mi hay tres “y sí”, si la aeronave de ala rotativa no hubiera estado en capacitación y por lo mismo, hubiera llevado pilotos con más experiencia y mayor ubicación espacial, si no se hubiera sugerido el cambio de pista a la aeronave de ala fija, y, de manera muy puntual lo digo, si hubiera habido más de un controlador en esa torre de control en la que inexplicablemente sólo había uno y lo dijo con toda la razón del mundo el presidente de la Unión Americana.
Cierro con un dicho que aplica certeramente en este caso, “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Recordemos, el personal técnico aeronáutico de cualquier especialidad, sobre todo los que se mencionan en este accidente, requiere contar con la preparación de teoría y simulador de primer nivel y para esto se deben considerar los tiempos para lograr contar con la gente que se requiere y bien preparada.
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