La primera vez que México sufrió una degradación a categoría 2 fue durante el gobierno de Felipe Calderón y en aquella ocasión bastaron 3 meses y la orden Presidencial para llevar a cabo las adecuaciones en el funcionamiento de nuestras autoridades aeronáuticas y cumplir así con los cambios exigidos por FAA (Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos) para cumplir con los requisitos de seguridad establecidos en los anexos de OACI (Organización de Aviación Civil Internacional).
Durante el gobierno de la 4T nuevamente nuestras autoridades fueron degradadas y entonces pasaron poco más de 24 meses para lograr muy apenas la recalificación aparentemente condicionada, por cierto, a categoría 1.
Y decimos condicionada porque la nueva ley de Aviación Civil que se encuentra todavía bajo el escrutinio de la SCJN contiene varios puntos que resultan ser Inconstitucionales y FAA está pendiente del resultado.
En esta última ocasión debimos haber cumplido ampliamente con los requisitos establecidos por la auditoría de FAA pero sabemos que no se hizo del todo, lo que nos hace pensar que hubo algún arreglo político para lograr la recalificación a Categoría 1.
Como sea, tenemos a la vista que hoy AFAC sigue sufriendo de ineficacia y falta de recursos humanos, económicos y tecnológicos para realizar su trabajo y existen pruebas diarias de ello.
La AFAC tiene un presupuesto asignado poco mayor a los 600 millones de pesos lo que apenas alcanza para el pago de sueldos de sus trabajadores y un mínimo de 2 mil millones serían necesarios para lograr su operatividad al nivel que México y su industria aérea requieren.
Durante febrero y marzo de este 2024 las autoridades mexicanas en materia de aviación fueron de nuevo auditadas pero esta vez fue la OACI la que encontró que México no ha resuelto una serie de puntos pendientes que tienen que ver con la seguridad aérea.
Esta falta de cumplimiento ha provocado la expedición de un boletín oficial OACI EB 2024/9 de fecha 7 Mayo de 2024 con título “Posting of a significant safety concerns (SSC) Mexico”
Estos incumplimientos (SSC) se refieren principalmente a servicios de navegación aérea y por otro lado a la falta de inspecciones de vuelo periódicas a las ayudas de radionavegación en el territorio nacional.
OACI no degrada a quienes no cumplen con los requisitos internacionales en materia de seguridad aérea pero si hace saber públicamente los resultados a todos sus 193 países miembros una vez pasados 90 días de la publicación este boletín al que nos hemos referido.
Los 8 puntos de revisión de OACI y FAA son:
1-Legislación aeronáutica primaria2-Normas específicas de funcionamiento 3-Sistema Estatal de Aviación Civil y funciones de vigilancia de la seguridad operacional 4-Cualificación y formación de personal técnico5-Orientación técnica, herramientas y suministro de información crítica para la seguridad6-Obligaciones de otorgamiento de licencias, certificaciones, autorizaciones y aprobaciones8-7-Obligaciones de vigilancia Resolución de problemas de seguridad En fin, queda claro que la autoridad aeronáutica de México no ha podido cumplir en todo este sexenio con los requisitos internacionales en materia de seguridad aérea, lo que por ahora, a pesar de estar en categoría 1, nos tiene apuntados por OACI junto con países como República Democrática del Congo, Ecuador, Liberia, Federación Rusa o Zimbawe.
Vale la pena aclarar que los señalamientos de OACI o de FAA en su caso son dirigidos a la autoridad aeronáutica de México y no a sus aerolíneas comerciales las cuales cumplen al 100% con estándares internacionales de seguridad aérea.
Nuestra Aviación ha sido no solo abandonada sino constantemente atacada durante todo este sexenio, ojalá que pronto se le de la importancia que tiene como un asunto de seguridad nacional por su aportación al producto Interno bruto nacional (3.7% en 2019) y por los millones de empleos directos e indirectos que dependen de ella
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