La auditoría de la cuenta pública 2019 dio a conocer las cifras de $100,000,000,000.00 en la reconstrucción del aeropuerto militar y la construcción de la sección civil del aeródromo Felipe Ángeles, que consta de la remoción de una pista existente, la construcción de otra, media terminal, según el proyecto original y una torre de control y, si agregamos $23,500,000.00 por su mantenimiento al mes por el primer año, habría que sumar $276,000,000.00, más lo que se acumule.
Pero no termina aquí la deuda. Oficialmente, la auditoría de la cuenta pública 2019, también dio a conocer que el costo de cancelar el aeropuerto de Texcoco fue de 465,000,000,000.00, más intereses.
Hasta ahora, no hay una cifra oficial por el costo del rediseño aéreo, que fue “necesario” para la operación del AIFA, pero tendría que cuantificarse.
Y las consecuencias: a un año de la puesta en marcha del rediseño del espacio aéreo en el Valle de México, pasó de las felicitaciones a reportes de incidentes de pilotos, de las aerolíneas, de las colonias afectadas por el intenso ruido provocado por las aeronaves y los controladores aéreos. Las quejas de los participantes del sector continúan, sin embargo, a la fecha, no han existido modificaciones.
El inquilino de palacio, en su afán de que funcione un proyecto fallido, le cuesta al erario cientos de millones de pesos al año. ¿Hasta cuándo se permitirá que siga este derroche de dinero y recursos, cuando existen tantas necesidades en el ramo aeronáutico y que requieren atención inmediata, incluyendo el mantenimiento constante del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aeropuerto fundamental en la vida de la capital?
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