La Secretaría de Marina, a través del Aeropuerto de la Ciudad de México, el que próximamente estará integrado formal y definitivamente en el Grupo Aeroportuario Casiopea, tomará posesión en estos días del edificio que fuera propiedad de Interjet, que está dentro del perímetro del aeropuerto capitalino. La justificación son los millones de pesos que Interjet le quedó a deber al AICM desde hace años, algo así como 1,360 millones de pesos, por lo que el edificio sería lo de menos.
No obstante, fuentes cercanas al proceso dicen que el AICM no se cobrará “a lo chino” esta deuda, sino que hará un pago de 17.9 millones de pesos por el edificio y su mobiliario, cantidad que se destinará a resarcir el quebranto para los trabajadores de la aerolínea que todavía están esperando que vuelva a volar o al menos, que les toque algo de la venta de sus propiedades, entre las cuales se encuentran varios Sukhoi Superjet100 que siguen estacionados en los hangares del AICM y nadie sabe qué será de ellos.
El edificio de marras ha tenido una interesante trayectoria, ya que ahí mismo se levantó en algún momento el edificio de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), el cual fue demolido a fines del siglo pasado y este organismo se trasladó a la zona donde está Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), justo del lado de atrás del AICM, en colindancia con la base mantenimiento MRO de Mexicana y otros edificios, pero cuyo perímetro es amplio y ahí se levantó el nuevo hogar de Seneam ya hace tiempo.
En aquellos días se llegó a decir que el edificio de Seneam estorbaba en ese lugar y que las trayectorias de aproximación a la pista 05 Izquierda-23 Derecha debían alargarse por la presencia de esta construcción. La verdad nunca se supo con exactitud, porque por esa época no había acceso a la información y los planos y los cálculos de las trayectorias eran secretos de estado.
Años después, en la época en que nacía Interjet como una de las nuevas propuestas de “alta eficiencia” como decían sus directivos de entonces, en contraposición con “bajo costo”, alguien se percató de que en ese espacio no había nada y -¿por qué no?- el predio se le dio a la entonces aerolínea consentida, la cual levantó un nuevo inmueble pero éste con herramientas de lo que se dio en llamar “edificio inteligente”.
La construcción quedó abandonada cuando los trabajadores de la empresa pusieron las banderas rojinegras en la entrada y que culminaría con el cese de operaciones, que aun cuando se ha dicho que volverá a volar lo cierto es que no se ve para cuándo.
Después de muchos encuentros y negociaciones, al parecer ya la Semar tomó posesión del inmueble que tiene 7,895 metros cuadrados de construcción en 6 niveles y que alberga nada menos que 1,435 equipos entre anaqueles, archiveros, credenzas, sillas, escritorios, computadoras y otros aditamentos tecnológicos.
Con eso podemos decir que se ha acabado una era: aerolíneas como Mexicana, Aeromar, Interjet y otras que fueron parte del paisaje cotidiano del aeropuerto capitalino, como las golondrinas de Becker, “esas no volverán”, al menos a tener base en el AICM. Esperemos mejores tiempos. E-mail: [email protected]
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