Pasar al contenido principal
28/11/2024

Aviación: nos quedaron a deber

Rosario Avilés / Viernes, 19 Julio 2024 - 01:00

Durante la ceremonia de conmemoración de la 77 Asamblea del Colegio de Pilotos Aviadores, el subsecretario de Transporte, Rogelio Jiménez Pons, en cuanto a la política de Estado en materia de Aviación, esta administración “nos quedó a deber”. No es poca cosa decirlo, aunque se sabe que el arquitecto Jiménez Pons es uno de los funcionarios más empáticos con los problemas de la industria y más aterrizado en cuanto a lo que ha ocurrido en el sector aéreo.

No obstante, es muy evidente que las decisiones tomadas en estos 6 años, sin tener un plan de largo plazo, sin haber hecho prospectiva ni haber previsto muchas consecuencias de las decisiones iniciales -que luego llevaron a tomar otras resoluciones para apuntalar las primeras-, han logrado dar una nueva estampa, no necesariamente positiva, mejor o más eficiente, a todo el sistema con el que opera la aviación.

Por lo pronto, en lugar de tener 3 grupos aeroportuarios superavitarios, que le generan al Estado mexicana millones de pesos cada año, tanto en impuestos como en contraprestaciones, ahora tenemos 6 grupos. De los 3 nuevos se sabe que ninguno es rentable pero tampoco si llegarán a serlo.

Quizás la parte más difícil de entender, es el hecho de que nadie sabe exactamente qué es lo que se quiso lograr con esta reestructura. No está claro cómo esto fortalecería al Estado frente al sector privado, porque justo con esta dispersión y multiplicidad de mandos superiores, en vez de darle cohesión a una propuesta de (pretendido) equilibrio entre los sectores público y privado, en realidad se han pulverizado los esfuerzos y el poder de decisión, y como no se trata de infraestructuras que generen ingresos (salvo una o dos excepciones) en realidad se debilita la fuerza que podría imponer una propuesta de Estado consistente.

Algo similar ocurre con las aerolíneas. Después de que las empresas aéreas que podrían haber constituido cierto equilibrio, como son Interjet y Aeromar, ya que estaban justamente y de forma respectiva, una en la media de la oferta económica al público y la otra enfocada al transporte regional -que debería ser uno de los pilares de un gobierno que pretenda ser inclusivo y tienda a trabajar por la igualación de oportunidades en todas las regiones-, el horizonte se quedó cuasi despoblado: dos propuestas de oferta troncal (la llamada tradicional y la de bajo costo, con Aeroméxico en un lado y Viva y Volaris por el otro), se quedaron casi como la única opción de los usuarios. 

Desde luego que hay aquí y allá algunos lunarcitos, como TAR y Aerus, por ejemplo,  pero son tan incipientes que no llegan a cumplir una función de conectividad y vocación para amalgamar a los distintos segmentos sociales. 

En medio, el lanzamiento de la nueva Mexicana de Aviación, propuesta a la que le falta mostrar cuál es su plan real a largo plazo, para entender la lógica que tiene en el conjunto.

Eso sí, recuperamos la Categoría 1, parece ser que ya la libramos con la auditoría de la OACI y por lo pronto mucho del andamiaje que requería el sector para evitar una nueva degradación en el futuro, ya está en el entramado jurídico. Por algo se empieza, pero sí: nos quedaron a deber. E-mail: [email protected]

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

Facebook comments