En un round de máscara de dron contra cabellera de avión, el director de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), General Enrique Vallín, pareció retar el criterio de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo que publicó en un subsitio reservado, una “Preocupación Significativa de Seguridad” (SSC) respecto a que la AFAC no ha realizado los vuelos de verificación de las radioayudas a la Navegación Aérea.
El asunto parece perpetuarse porque por más que la regulación sea muy clara (las verificaciones se hacen en aviones certificados para ello y deben ser conducidas por la autoridad aeronáutica de cada país), parece que la idea es desconocer esta regulación y en su lugar, insistir en que es mejor aún hacer estas verificaciones con tecnología de punta (o sea, con drones).
Tal vez así sea, pero lo cierto es que la norma es la norma y si de seguridad en la aviación civil se trata, es claro que quienes ponen los estándares y los auditan son los técnicos de la OACI, que para eso tienen una estructura amplia, avalada por todos los países del mundo (México incluido) y que suele hacer consultas exhaustivas y tener un respeto enorme por los criterios de las naciones miembros. Pero una vez aceptado un criterio común, éste debe adoptarse hasta que no haya un cambio, producto del estudio y del consenso.
Aquí es donde se ve lo importante que es conocer los códigos con los que se rige la aviación civil. Gracias a ese consenso, a esa claridad homogénea con la que se rigen las operaciones aéreas en todo el mundo, la aviación civil es el medio de transporte más seguro del mundo, que no es poca cosa.
Hace un par de días, el subsecretario de Transportes, Rogelio Jiménez Pons, se refirió a las carencias que acusan organismos como la AFAC y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). Dijo que ambas instituciones generan suficientes recursos, mucho más de lo que Hacienda les deja como presupuesto, por lo que deberían entrar al régimen de organismos descentralizados que tienen autonomía y presupuesto propio.
Esto coincide con lo que mucho se ha comentado acerca de la necesidad de que a organismos técnicos de este corte, se les permita retener sus recursos para que ello sirva para financiar su constante actualización, compra de equipo, salarios competitivos y la necesaria autonomía respecto a los entes a los cuales regula (por ejemplo la AFAC, autoridad aeronáutica, regula o debería regular a Seneam, que es un prestador de servicios). Y no es un secreto que AFAC (antes DGAC) tradicionalmente ha carecido de recursos suficientes para contratar técnicos e inspectores especializados en diversas materias, que puedan ejercer vigilancia pertinente sobre los prestadores de servicios, en especial Seneam.
La forma de corregir un problema es empezar por aceptar que existe. México necesita un verdadero cambio en materia de aviación que impida que las auditorías de diversas instancias (tipo OACI o la Administración Federal de Aviación de EU) nos exhiban como un país que no hace honor a su tradición de excelencia.
Que OACI publique una SSC no es un ataque, es una oportunidad. Nos ayudaría mucho como país atender esas recomendaciones, México es parte del concierto mundial. E-mail: [email protected]
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