Hace casi 75 años, el capitán Augusto Marquet García, en ese momento vicepresidente del naciente Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), protagonizó una de las páginas más insignes de la aviación mexicana. El 8 de enero de 1948, Aerovías Guest, empresa establecida en México, inició su primer vuelo a Europa con una tripulación de extranjeros. Marquet se plantó frente al avión y con la autoridad a un lado, hizo saber que la Constitución de la República prohibía expresamente que los pilotos que tripulaban aeronaves con matrícula mexicana fuesen extranjeros.
Pese a que el mismo secretario de Comunicación estuvo presente, en el entonces Puerto Central Aéreo, el avión despegó y Marquet denunció la violación ante las autoridades de la Procuraduría, pero su denuncia nunca procedió. El resultado final fue que el Capitán perdió su trabajo y no hubo ninguna otra aerolínea que lo contratara.
Y así se presentan muchas veces las cosas y es difícil encontrar personas como Marquet que -pese a las adversidades- mantiene sus convicciones y defienden sus principios, o los principios que están plasmados en nuestras leyes fundamentales y que van encaminadas a salvaguardar los intereses de los ciudadanos.
Marquet solía decir que las directrices de los integrantes de una institución, como el Colegio de Pilotos Aviadores de México, debían ser: pensar alto, sentir hondo y hablar claro. Tres pilares que apuntalan la personalidad de alguien que precisamente decide mantener sus convicciones y defender lo que cree justo y está apegado a la legalidad.
Hace 54 años que falleció Augusto Marquet. El Colegio de Pilotos le rindió un homenaje en las instalaciones del AICM, donde se encuentran los bustos de los primeros aviadores que lograron crear una industria que ha llegado a ser pionera y ejemplo en el mundo, y que hoy puede estar en peligro si no logramos crear las condiciones para defender sus instituciones, profesionalizar a su personal, recuperar la Categoría 1 de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) que le permita a nuestras aerolíneas ampliar sus mercados y proyectar hacia el futuro el crecimiento del sector.
Una de las asignaturas pendientes es el caso de Mexicana de Aviación. Esta semana, fueron desalojados de la cafetería improvisada en las instalaciones del AICM un puñado de jubilados que sobrevivían con ello. Al margen de lo que ellos puedan recuperar, esto vuelve a poner en la palestra el asunto de la aerolínea, que ha quedado olvidado pese a las muchas promesas de hacer algo para lograr que sus trabajadores recuperen un poco de lo que perdieron con la quiebra fraudulenta fraguada en su contra.
Mexicana cumplió ya 12 años de no volar. Su patrimonio está disperso, sus extrabajadores divididos, exhaustos de una lucha que no parece terminar y ya sin esperanzas de recuperar algo de lo mucho que perdieron.
Este gobierno, como ninguno, les prometió ayuda, pero el auxilio no llega. La cooperativa que formaron no ha logrado aún establecer un plan de negocios y el MRO ha sobrevivido contra viento y marea, pero aún sin muchas ganancias.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcir a los trabajadores su patrimonio. E-mail: [email protected]
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