Según pronósticos de tráfico a largo plazo que ha elaborado la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y que toman en cuenta las últimas proyecciones del crecimiento económico a la luz de los efectos del Covid-19 y la guerra de Rusia-Ucrania, se espera que en un escenario medio, el tráfico aéreo regrese a los niveles de 2019 hasta el año de 2024.
La crisis sanitaria, económica, social e histórica que acaba de vivir la industria aérea reveló la necesidad de repensar los términos del Convenio de Chicago para introducir mejoras que permitan enfrentar los desafíos futuros en materia de salud y/o conflictos armados a nivel internacional.
También quedó muy claro cómo los gobiernos deben tener en cuenta el papel crucial de la aviación al definir sus políticas nacionales y prioridades de gasto en la lucha contra la pandemia. Es un hecho que la aviación puede estimular la recuperación y el crecimiento de las economías de los países al actuar como facilitador y multiplicador de la actividad económica.
Las cadenas de suministro globales, las respuestas humanitarias y de emergencia y la rápida distribución de la vacuna dependen predominantemente del transporte aéreo. Esto quedó clarísimo en estos dos años y sigue siendo un hecho en el área de Asia que aún no termina de salir de la pandemia.
Es por ello que el transporte aéreo requiere una atención especial en estrecha coordinación con las autoridades, teniendo en cuenta los beneficios que la recuperación de la aviación puede tener para la sociedad y la economía.
Hasta ahora, la negociación bilateral es la práctica más común adoptada por los Estados para regular sus servicios aéreos internacionales. Esto ha provocado que, hasta la fecha, exista una red de complejos regímenes regulatorios con cerca de tres mil Acuerdos de Servicios Aéreos (ASA). Un mundo para gestionarlos y una excesiva carga para quienes tienen en sus manos la difícil tarea de ponerse de acuerdo en el seno de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Es por ello que, según esta misma organización, en los últimos años se ha observado un aumento del interés por el multilateralismo como plataforma para regular el transporte aéreo internacional entre los Estados.
Esta idea, que fue expresada en su momento por el mexicano Roberto Kobeh cuando terminó su gestión como presidente del Consejo de la OACI hace 9 años, se basó principalmente en que este modelo permite la creación rápida de muchas nuevas relaciones bilaterales de servicios aéreos, dentro de un único marco multilateral, poniendo fin a la pérdida de tiempo y a los gastos de negociar un gran número de acuerdos bilaterales.
El fin es lograr resultados más objetivos, acabar con las incompatibilidades en las condiciones de acceso al mercado y seguir fomentando una mayor estandarización de numerosas disposiciones reglamentarias.
OACI ha estado trabajando con expertos en transporte aéreo para desarrollar acuerdos multilaterales sobre la base de liberalizar el acceso al mercado, los servicios de carga aérea y la propiedad y el control de los servicios de transporte aéreo. Sin duda, será un camino interesante.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
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