Después de la pandemia, todo el mundo esperaba un despegue potente de la industria de transporte aéreo que lograra recuperar en el 2022 los niveles del 2019. El primer trimestre del año parecía prometedor, pero las cosas no han salido como se pensaba y ahora los analistas están rebajando los pronósticos para adecuarlos a una realidad más cruda.
Tres cosas han retrasado la recuperación de la aviación en el mundo: la invasión de Rusia a Ucrania, la presión inflacionaria y los constantes confinamientos en China, derivados de las recientes variantes de Covid-19.
Y es que, a pesar de los pronósticos optimistas que mantenían las consultoras y la propia Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que estimaban que en 2024 habría un incremento de 103% en el número de pasajeros respecto a niveles pre-pandemia, lo cierto es que el panorama actual es mucho menos halagüeño.
De acuerdo a la Consultora Bain & Company, los niveles de tráfico aéreo no volverán a las cifras pre-pandemia sino hasta el segundo trimestre de 2025, es decir, 12 meses más tarde de lo proyectado y esto porque para el 2022 apenas habremos recuperado entre 65 y 73% del tráfico de los niveles pre-pandemia.
En cuestión de ingresos tampoco hay buenas noticias: para el 2022 apenas se lograrán cifras de entre 432 mil y 488 mil millones de dólares, muy por debajo todavía de los 666 mil millones de dólares de ingresos del 2019.
Las regiones más golpeadas son, desde luego, Asia y Europa. Los viajes entre ambas regiones son la primera víctima de las hostilidades en el área Rusia-Ucrania pues, aun cuando ya se había recuperado el tráfico en un 70% de los niveles del 2019, para el 2022 el promedio será de 56% de lo alcanzado en ese año.
Aunque parte del impacto también tiene que ver con las nuevas restricciones que ha impuesto China, un elemento muy importante es la prohibición del uso del espacio aéreo ruso que las aerolíneas occidentales han adoptado por temor.
Aunque nadie lo dice tal cual, el fantasma del derribo del MH17 en 2014 en la región y que según el informe publicado en 2018 por el Equipo de Investigación Conjunta de dicho accidente, se atribuye a un misil BUK de fabricación rusa en el contexto de las acciones separatistas en Ucrania, pesa mucho en el ánimo de los operadores de aerolíneas.
Los enormes rodeos que deben dar algunas aeronaves de Occidente para eludir el espacio aéreo son consideradas costosas y desaniman los viajes entre ambas regiones. Además, hay que considerar que al menos el 5% de la flota mundial, que poseen las aerolíneas rusas, están usándose exclusivamente en el área de este país y sus aliados más próximos, lo que no ayuda a la recuperación de la industria a nivel global.
La demanda de viajes en el mundo en este año podría alcanzar entre 84% y 95% del 2019, en el mejor de los escenarios, de acuerdo a los analistas y esto es gracias a que el crecimiento de América del Norte ha sido más consistente.
Mientras tanto, la OMS, IATA, OACI y ACI han estado trabajando mucho para impulsar la recuperación. Ojalá que pronto veamos la paz en el horizonte y un crecimiento más potente.
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