Aún es imposible de determinar el número de vuelos que se cancelarán en esta temporada de invierno en el mundo, resultado de la nueva cepa del Covid-19, a la que se ha unido el componente climático en algunos lugares. Ómicron vino a dar al traste con los planes de recuperación en esta temporada alta y aunque hay quien dice que es último coletazo de la pandemia, la verdad es que rompió la tendencia alcista y los pronósticos optimistas para que el 2022 fuese el año en que el tráfico llegara al menos al 85% o más del que hubo en 2019.
En preparación para la temporada invernal las aerolíneas, que habían recortado sus flotas y plantillas laborales hasta en un 50%, volvieron a incorporarlas para hacer frente al crecimiento de la demanda esperada por los porcentajes de vacunación y los nuevos “pasaportes sanitarios” que puso de moda la Unión Europea, gracias a los QR’s que todas las farmacéuticas incorporaron a la aplicación de sus vacunas.
Desgraciadamente, muchos tripulantes reportaron que habían sido contagiados por la nueva cepa ómicron y muchos pasajeros cancelaron sus vacaciones por la misma razón. La ola de contagios, muy superior a lo esperado, hizo que los mejores pronósticos se frustraran aun cuando la intensidad de esta variante es muy inferior a la Delta, pero ante la duda nadie quiere repetir las historias de decesos incontrolables por confiar en los sistemas de salud.
De acuerdo con especialistas, ómicron está actuando como una especie de vacuna (incuso para aquellos que decidieron no vacunarse) debido a que es una cepa con “virus atenuados” que logrará la deseada inmunidad de rebaño y logrará que el 2022 sea el año en que la humanidad salió de su crisis.
Sin embargo, esto no es más que un buen deseo de año nuevo. La realidad es que tanto en Estados Unidos y Canadá como en Europa hay miles de vuelos cancelados. Incluso, la Agencia Federal de Aviación de EU, la FAA, se quejó de que sus propios inspectores y empleados han dado positivo a las pruebas Covid y esto se suma a las tormentas invernales que están azotando el norte de Estados Unidos, de Oeste a Este, que han obligado a cancelar vuelos en varios aeropuertos desde Seattle, Chicago, Detroit y Salt Lake City y se espera que se muevan hacia Nueva York y Atlanta.
En Europa, la variante ómicron también ha generado cancelaciones y tan solo Lufthansa ya anunció que dejará de operar 33 mil vuelos debido a estas condiciones. Afortunadamente, nadie ha pensado en volver a cerrar fronteras. Muchos gobiernos han entendido que estas medidas, lejos de ayudar, complicaron las cosas y que es mejor buscar homologar procesos que tomar medidas unilaterales.
Mientras tanto, en México nos comentan que no fue posible echar a andar el acuerdo al que se comprometieron el Instituto Nacional de Migración (INM) de la Segob, Aduanas, los grupos aeroportuarios y AFAC, para instalar las quioscos que agilizarían los trámites de ingreso de los viajeros de México, Estados Unidos y Canadá, en principio en el AICM y Cancún, debido a que falló el software. Lástima. Deseamos a todos los lectores un feliz 2022 y que este año tengamos mejores noticias qué comentar.
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