La aviación produce entre el 2 y el 3% del total de emisiones de CO2 en el mundo. Buscando una aviación más ecológica, y gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, la industria ha conseguido que hoy en día las emisiones al medio ambiente sean 80% menores en comparación con los primeros aviones que se construyeron en la historia.
Los expertos coinciden en que uno de los objetivos principales para la aviación tanto del presente como del futuro es continuar con el esfuerzo de reducir las emisiones de CO2, y en ello se encuentran los principales actores del mundo aeronáutico.
Airbus desarrolló tres conceptos de aeronaves impulsadas por hidrógeno, llamados ZEROe que podrían entrar en operaciones en 2035. El primero es un turbofan, con capacidad de entre 120 y 200 pasajeros y alcance de más de 2,000 millas náuticas, es decir, para efectuar vuelos transcontinentales.
El segundo es un avión de ala mixta, que podría albergar hasta a 200 pasajeros. En este modelo las alas se fusionan, en un fuselaje que permite diferentes opciones de configuración de cabina, almacenamiento y distribución del hidrógeno.
El tercero es un turbohélice, con espacio para 100 pasajeros. Estaría capacitado para viajar más de 1,000 millas náuticas y estaría enfocado al mercado regional.
Los directivos de la armadora han anunciado que este desarrollo de sistemas de propulsión con hidrógeno, así como el posible uso de energía eléctrica en las aeronaves, es una tarea que debe realizarse junto con otras industrias, además de que los esfuerzos para mitigar los contaminantes deben aplicarse a todos los rubros de la aviación, incluidas las operaciones en tierra, manufactura de aeronaves y aeropuertos.
Airbus no es el único que trabaja en la industria del futuro. Su proveedor Thales está convencido que el avión del futuro debe ser personalizable, con opciones de aviónica modular que se ajuste a las necesidades de cada operador. Por tanto, está concentrada en lograr un avión más compacto, enfocado a la tripulación, personalizable y mejor conectado.
Reducir el espacio de la aviónica traería ahorros en peso y consumo de energía, además de un manejo más eficiente del mantenimiento e inventarios. Con la facilitación de tareas de las tripulaciones, se busca ayudar al personal a tomar las mejores decisiones durante los momentos más estresantes de un vuelo, como las fases de despegue, aterrizaje y turbulencias.
Para Safran, por su lado, las prioridades están en el progreso en el desarrollo de sistemas eléctricos o híbridos y la investigación de nuevos materiales que permitan fabricar aeronaves más ligeras. Según la empresa francesa, el procesamiento masivo de datos podría ayudar a la descarbonización de la aviación mediante la optimización de procesos sin la necesidad de pausar las cadenas de producción.
La apuesta de todos está en mejorar la conectividad y optimizar el flujo de información para comodidad tanto de operadores y tripulaciones, como para pasajeros. No hay industria más anticipada al futuro que la aviación. Y ojalá nuestro país sepa aprovechar las ventajas de la regionalización que se avizoran después de la pandemia.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto.
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