Para los analistas del sector aéreo es casi un hecho que las aerolíneas de bajo costo y largo alcance serán la noticia cotidiana de los próximos años. Esto quiere decir que la revolución que crearon las low-cost en los mercados nacionales y regionales en estas primeras dos décadas del siglo XXI, continuará en los siguientes años para llegar a reconfigurar no sólo las tarifas y los márgenes de ganancia, sino las tasas de crecimiento del sector y sus secuelas, es decir, el empleo y la construcción de aeropuertos.
La consultora CAPA (Centro para la Aviación) pronostica en su último reporte que, contra lo que sucede en las aerolíneas tradicionales que suelen utilizar aviones de fuselaje ancho en tramos de más de 5 o 6 horas de vuelo, uno de los cambios más significativos será que las low cost aprovecharán las innovaciones de los equipos estrechos que tienen más alcance, para iniciar la “moda” del viaje transoceanico en aviones de un solo pasillo, como los A320LR o el 737 MAX 8.
La experiencia nos ha mostrado que hay un mercado esperando bajos precios y que no es tan sensible a la comodidad, lo que abre muchas posibilidades para los operadores nuevos que aunque no tienen muchas de las amenidades que ofrecen las grandes líneas, sí proveen lo que más le interesa a ese viajero: transportarlo de forma segura y barata.
Los pioneros en este mundo del largo alcance y bajo costo son Norwegian y WOW, pero muy rápidamente se están subiendo otras aerolíneas, como WestJet o Lion Air. Por lo pronto, están experimentando en tramos de 6 a 7 horas, pero ya se vislumbra que el siguiente paso es ampliar los alcances.
Los retos, sin embargo, están en muchas partes del negocio. El precio del combustible siempre ha sido una variable sumamente sensible y la propia Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) advirtió en diciembre pasado que este año habría un incremento, siguiendo la tendencia del último trimestre del 2018.
Sin embargo, parece que el precio del crudo no está creciendo a los niveles esperados y aun así, la incertidumbre en esta variable y en un esperado bajo crecimiento de la economía tiene bastante nerviosos a los directores de finanzas de las aerolíneas. Y en el caso de México la cosa se complica porque estos mismos factores se encuentran presentes de forma más acentuada, esto sin contar con la perspectiva de la segregación de tráficos entre los aeropuertos Benito Juárez, Toluca y Santa Lucía para los nuevos vuelos.
No obstante, en el largo plazo hay otros factores que también están impactando al sector. Uno de los más complicados tiene que ver con la venta de los boletos de avión. Se esperaba que la venta on line simplificaría el negocio y lograría ahorros en las comisiones que antes se daban a los agentes de viajes.
Pero la cosa no ha sido tan simple, porque los sitios de venta de las aerolíneas suelen ser poco ágiles e incluso francamente ineficientes, en particular cuando se trata de conectar aerolíneas distintas y vuelos en destinos diversos o hacer cambios y pagar. En esto los intermediarios, que ahora son los grandes concentradores tipo Expedia o Kayak, siguen siendo los mejores aliados de los pasajeros en detrimento de las empresas.
Uno de los grandes obstáculos es el hecho de que las aerolíneas tienen muchos candados que es imposible traspasar, como son los límites a la inversión y los derechos de tráfico nacionales, que impiden que existan aerolíneas globales y en esto las grandes alianzas tipo Skyteam, onewrold o Star Alliance no han logrado darle al pasajero herramientas que le faciliten la compra de boletos, uniendo a varias de sus integrantes, que es para lo cual se crearon. Ojalá se resuelva pronto, con mejor tecnología.
Lo oí en 123.45: Aún no hay noticias de Mexicana. E-mail: [email protected]; Twitter: @charoaviles.
Facebook comments