Para nadie es un secreto lo mucho que ha crecido la industria aeroespacial en nuestro país. Hablamos de crecimientos de doble dígito en los pasados 10 años y de más de 300 empresas establecidas por todo el territorio nacional, en particular en una decena de estados, entre los que destacan Baja California, Chihuahua, Sonora y Querétaro, este último con una oferta educativa que acompaña a la industria, la Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ).
Lo muy curioso es que, pese al crecimiento espectacular en este nicho industrial específico, el país no cuenta con una política de estado a nivel nacional que deliberadamente haya tomado a la industria aeroespacial y aeronáutica como un sector a desarrollar. La industria ha crecido gracias a diversos factores que se concatenaron, entre ellos el trabajo de los entidades federativas y tratados internacionales en la materia.
Desde 2007, México y Estados Unidos firmaron el Bilateral Aviation Safety Agreement (BASA), instrumento mediante el cual ha sido posible desarrollar una buena parte de la industria aeroespacial en los últimos tiempos. Básicamente, se trata de un acuerdo de cooperación bilateral en diversas áreas que incluyen mantenimiento, operaciones aéreas y certificación ambiental.
Aunque en su núcleo el BASA era un acuerdo entre dos gobiernos (México y Estados Unidos) con fines de seguridad en la aviación, éste ha ido evolucionando y ahora incluye, además de las certificaciones de calidad en la fabricación de productos, la certificación en simuladores de vuelo, aprobación para desarrollar partes y componentes aeronáuticos, establecimiento de centros de entrenamiento, etcétera.
Tanto por este tipo de acuerdos como por el empeño de varios gobiernos estatales y empresas del sector para desarrollar una industria de importancia, nuestro sector aeroespacial es hoy ejemplo de crecimiento y madurez.
Pero hoy en día los empresarios más importantes de la industria y no pocos secretarios de Desarrollo Económico de los estados, ven la importancia de enfrentar los retos que vienen en el futuro desde una perspectiva integral, que incluya, por ejemplo, la firma de los tratados internacionales que le dan el marco legal con otros países que son importantes jugadores en el sector. Uno de estos casos es Canadá.
A pesar de que Canadá es uno de los países cuya industria aeronáutica se ha establecido en México desde hace décadas, no existe un acuerdo con este país que permita amparar lo que ya se hace y darle mayor soporte para su crecimiento.
Justo hace unas cuantas semanas, la Feria Aeroespacial México 2019 (FAMEX) convocó a directivos y funcionarios de diversas secretarías y empresas (SCT, Economía, Proméxico, FEMIA, los “clusters” aeroespaciales de diversos estados, MRO Mexicana, etc.) y el gobierno de Ontario, Canadá, para formalizar el Technical Arrangement Maintaince, un acuerdo que permita a las empresas de ambas naciones tener mayor intercambio comercial y de servicios en la industria aeroespacial y aeronáutica.
El acuerdo permitiría que México reciba aeronaves de empresas de transporte aéreo de pasajeros y carga procedentes de Canadá para mantenimiento, así como ver otras oportunidades en empresas de tecnología aeronáutica y aeroespacial.
Lo paradójico es que el texto tiene 8 años esperando su aprobación en las oficinas de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), pese a que firmarlo detonaría un importante negocio y la creación de empleos. Aún más: no se entiende por qué un país con el que tenemos un Tratado de Libre Comercio que recién se acaba de renovar, no tiene un acuerdo para impulsar una industria tan importante. Urge que se pongan las pilas, en marzo, durante la FAMEX 2019, Canadá será el país invitado.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culpabilizarlos del quebranto que padecen. E-mail: [email protected]; twitter: @charoaviles
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