Hace algunos ayeres que el fabricante de aviones Airbus dio la noticia de que en sus oficinas de Toulouse, Francia, se cocinaba un nuevo proyecto que daría un giro de 180 grados en cuanto a lo que hasta entonces se conocía. En aquel entonces, hará unos veinte años, el proyecto se llamaba A-3XX y se hablaba de una inversión aproximada de ocho mil millones de euros para su desarrollo y puesta en marcha.
Años después fuimos testigos del lanzamiento del A-380. Ochenta metros de largo, ochenta metros de envergadura, ochenta pies de altura 3X80 –al menos así se decía, aunque a la postre estos números se redimensionaran, incluida la inversión que casi se triplicó- y que sería el hermano mayor de la familia A-320 y de los modelos 330 y 340. Todo un acontecimiento si tomamos en cuenta que por entonces no se pensaba en aviones que aceptaran a un número de pasajeros tan grande.
Entre las críticas que se le hacían al nuevo equipo estaba su probable costo (aún no se sabía el monto); su capacidad que, según se opinaba, estaba por encima de las necesidades del mercado; su configuración de dos pisos que parecía irreal; y, en fin, su operatividad que se ponía en duda vistas las características de los aeropuertos que carecían de salas con doble pasillo en esos años.
La fabricante europea de aeronaves tuvo que hacer un esfuerzo enorme para hacer realidad este sueño. Puso de acuerdo a inversionistas, proveedores y más de 60 aeropuertos del mundo e incrementó el presupuesto para sacar adelante lo que hoy se celebra como el avión que ha sabido leer las necesidades de las aerolíneas más grandes, para los vuelos de largo alcance y de alta densidad pues aunque la configuración normal es de alrededor de 550 pasajeros en tres o cuatro clases, es posible ampliar su capacidad a más de 800 pasajeros en clase única.
Ahora, finalizando el 2015, Airbus anuncia que el A-380 ha transportado ya a 100 millones de pasajeros, une a 100 pares de ciudades, tiene 47 destinos y ya existen 160 aeropuertos capacitados para albergarlo. Hay capacitados para volarlo tres mil pilotos y 20 mil tripulantes de cabina.
El hecho de haber sido concebido en los años 90 del siglo pasado, hizo que el A-380 naciera con una vocación hacia el ahorro del combustible, del ruido y de la huella de Carbono. Se dice fácil pero no olvidemos que más de la mitad de la flota que actualmente cruza los cielos del mundo fue fabricada en épocas que estas características no eran una prioridad con el resultado de que las compañías aéreas y las fabricantes de motores han tenido que hacer esfuerzos muy grandes por bajar su contribución de contaminantes.
La aparición inicial del A-380 tuvo lugar en abril del 2005 –hace poco más de 10 años-, aunque lleva sólo 8 años en el mercado regular. En estos años, sin embargo, nuevos modelos han aparecido, así como otros competidores de largo alcance como el Boeing 787 y las nuevas versiones del Boeing 747. Un nuevo mundo que por lo pronto no vislumbra cambios significativos.
Por lo demás, Aeroméxico acaba de anunciar que llegó a un acuerdo con sus pilotos de la subsidiaria doméstica Connect. Esto no es un hecho menor si tomamos en cuenta que muchas aerolíneas han tenido problemas para estabilizar los acuerdos laborales con sus tripulaciones. Sólo hay que ver los casos de Lufthansa y de Iberia. El acuerdo que acaba de firmar Aeroméxico Connect es multianual y regirá desde el 2015 hasta el 2019.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
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