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30/11/2024

450 aplausos para Aeroméxico por esos “90” años

Juan A. José / Miércoles, 25 Septiembre 2024 - 01:00

Mi primer vuelo en Aeroméxico tuvo lugar en el año 1979, cuando abordé su McDonnell Douglas DC-10-30 “Ciudad de México”, matrícula XA-DUG, entre el Aeropuerto Internacional de Miami, Florida (MIA) y el “Benito Juárez” de la capital mexicana (MEX). Se trataba del vuelo 451, realizando su último vuelo procedente de París, Orly (ORY) y Madrid, Barajas (MAD), recorridos en los que Aeroméxico gozaba derechos de tráfico no solamente de tercera y cuarta libertades (MEX-MIA-MEX, MEX-MAD-MEX y MEX-ORY-MEX), sino de hoy día virtualmente inconcebibles quintas libertades en los pares MIA-MAD-MIA, MIA-ORY-MIA y MAD-ORY-MAD, experiencias que combinadas con mi descubrimiento en el año 1982 de la magia de Charles Lindbergh y su vuelo transatlántico, mediando vuelos MEX-JFK (Kennedy)-MEX a bordo de DC-10-15 de la misma transportista, dieron lugar a la redacción de mi tesis profesional de licenciatura titulada “Servicios Aéreos Comerciales en el Atlántico del Norte”, mercado en el que por sus vuelos MIA-MAD/ORY-MIA Aeroméxico participaba.

A partir de este vuelo he sumado otros 173 despegues a bordo de aeronaves de Aeroméxico en calidad de pasajero, incluyendo un inolvidable recorrido entre el puerto de Acapulco y la Ciudad de México en uno de sus Douglas DC-8-50 en el año 1980. Apenas hace tres años, cuando cumplí sesenta años de edad, decidí regalarme para celebrar la efeméride un MEX-CUN (Cancún) a bordo de un 787-9 de la aerolínea, correspondiendo así a lo que Aeroméxico me ha dado como pasajero en mi vida, destacando los tres cruces del Atlántico del Norte en ambos sentidos que tuve la oportunidad de realizar en tres de sus cuatro DC-10-30, a saber el anteriormente citado XA-DUG “Ciudad de México”, el XA-DUH “Castillo de Chapultepec” y el N3878P “José María Morelos” entre MIA-MAD-MIA en los referidos vuelos 450/451.

Mi bitácora registra dos cruces adicionales transatlánticos en equipos de Aeroméxico, es decir el que realicé volando ida y vuela MEX-CDG (París,Charles de Gaulle)-MEX en el año 1998, involucrando Boeing 767-300 y 200 y el que realicé en el año 2006, en las mismas rutas, empleando en ambos tramos 767´s 200 marcando un hito en mi vida al ser uno de ellos mi vuelo 1,000. Me parece injusto no mencionar el privilegio de haber sido pasajero en decenas de vuelos de Aeroméxico operados con Douglas DC-9 (10 y 30s), con McDonnell Douglas MD-80 (82,83,87 y 88), con los hermosos Boeing 757 y claro está con los 737´s de diversas versiones en su flota.

Estoy seguro que estas cifras no son nada comparadas con las que centenares, si es que no miles de pasajeros y tripulantes han registrado en Aeroméxico, sin embargo, para mí, son un verdadero orgullo, tanto que decidí recurrir a ellas, específicamente a las relacionadas a los vuelos 450/451 de la aerolínea que me parecen son los más icónicos de la historia del aerotransporte mexicano para preparar esta entrega. Es cierto; un México-Seúl (Incheon, ICN), un México-Tokio (Narita, NRT) o un México-Shanghái Pudong,PVG) son vuelos más impresionantes que un México-París con escalas en Miami y Madrid pero en mi opinión carecen de esa importancia relativa y la magia de los vuelos 450 y 450, designadores que convierto en cifras de aplausos con los que quiero honrar en el noventa aniversario de la fundación de la aerolínea (Aeronaves de México) que dio origen a la actual Aeroméxico, independientemente de cambios de razón social, nombres y quiebras, que hay que reconocerlo, internacionalmente hablando, es la aerolínea que ha puesto más alto que ninguna otra el nombre de México.

Sabedor, dada mi edad y circunstancia (soy tan prehistórico que traté al ingeniero Jorge Pérez y Bouras, algo que solamente otros verdaderos veteranos entenderán) que las posibilidades de poder celebrar en el futuro 2034 el centenario de la evolución de la aerolínea mediante una nueva entrega editorial en los medios del Grupo T21, vuele aún o no Aeroméxico (no hay que olvidar que en las complicadas condiciones de operación del aerotransporte mundial moderno ninguna operadora tiene el futuro garantizado y más una que justo en tiempo de celebración se enfrenta a una huelga por parte de sus pilotos), hago votos para que accionistas, trabajadores, autoridades, organismos internacionales, pero en especial la demanda que hace posible que un negocio funcione, sigan haciendo lo necesario para que la operadora se mantenga como el orgullo que es para la aviación civil mexicana en este 2024 y no termine sucumbiendo al estilo de la verdadera y única Mexicana de Aviación” ante presión alguna, interna o externa, nacional o extranjera, laboral o patronal, económica o política, civil o militar, y mire estimado lector que las tiene. Y es que nunca voy a olvidar como un Teniente Coronel retirado de la Fuerza Aérea Mexicana, por cierto, personal de tierra que participa en los emprendimientos relacionados con la aviación civil y sus aeropuertos a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, me confesó unos meses atrás, quizás sin bases, pero lo hizo, algo que refleja la visión de muchos como él: Que los militares tienen a todo el aerotransporte mexicano en la mira, incluyendo a la aerolínea del “Caballero Águila” y a los aeropuertos concesionados. Me aterra pensar que las decisiones del obradorato, por ejemplo con los aeropuertos, caso por ejemplo del Aeropuerto Internacional del Norte en Monterrey, Nuevo León (NTR) podrían validar lo que se me compartió.

En fin; el hecho es que a lo largo de este septiembre Aeroméxico ha estado en la mente de este analista del quehacer aéreo, no solamente por su aniversario, sino también por ese cambio de imagen con el que la empresa lo celebra, mismo que debo reconocer, me parece muy poco afortunado. Estoy seguro que de necesitarse, entre los grandes diseñadores gráficos del mundo, alguien pudo haber encontrado una mucho mejor propuesta que la que nos acaba de presentar una Aeroméxico que admiro, respeto, estimo y agradezco y a la que le deseo el máximo éxito en el futuro, esperando poder seguir siendo parte de ello en calidad de pasajero, acumulando grandes vuelos en mi bitácora, aun cuando no resulten tan entrañables como esos transatlánticos 450 y 451.

Muchas felicidades a México por tener (aún) a Aeroméxico como su gran aerolínea bandera y muchas felicidades a quienes hacen lo posible para que siga siéndolo, comenzando por el doctor Andrés Conesa, se dice fácil, al mando de la aerolínea desde el año 2005.

 

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