Uno de los lugares más interesantes a la par que desconocido es el llamado almacén o cementerio de aviones. Lugares deslumbrantes que sirven de aparcamiento en una gran extensión de terreno y donde los aviones en desuso acaban allí perfectamente alineados y unos junto a otros hasta que son canibalizados y despiezados para su posterior venta.
Estos cementerios albergan todo tipo de aviones desde bombarderos hasta Airbus 380 o Boeing 747 y hay distintos tipos de razones, aunque las más frecuentes son desde la finalización de su vida útil, bien por desgaste o por acumular excesivas horas de vuelo, así como despieces, desguaces para el reciclaje de distintos tipos de piezas.
También se utilizan para aparcar los aviones debido a la reducción de pasajeros o problemas financieros. No tenemos más que recordar la época de la pandemia dónde la saturación de estos santuarios fue más que evidente.
Estos emplazamientos pueden ser tanto instalaciones acreditadas para almacenarlos y mantenerlos como zonas extensas para abandonar literalmente las aeronaves. En cualquier caso, estos lugares ocupan grandes extensiones emplazadas en desiertos y zonas despobladas a lo largo y ancho del planeta.
Cementerios como el 309º Grupo de Mantenimiento y Regeneración Aeroespacial (309th Aerospace Maintenance and Regeneration Group- AMARG) ubicado en Tucson (Arizona) y siendo el más grande del mundo, alberga miles de aviones tanto civiles como militares.
Países con Francia (aeropuerto de Chateauroux-Deols), Costwold y Manston en el Reino Unido tiene en su haber, no solamente las máquinas desahuciadas, sino que acogen museos de aviación e incluso platós naturales para rodajes de películas o documentales televisivos.
España atesora el cementerio de aviones más grande de Europa. El aeropuerto de Teruel con capacidad para más de 300 aeronaves es uno de los principales centros de reciclaje y mantenimiento de Europa y es el más extenso. Alberga todo tipo de aviones comerciales para su almacenaje y reciclaje. Este tipo de ubicaciones están estratégicamente diseñadas y localizadas. Uno de los principales requisitos es que el clima sea seco y con poca humedad. De esta forma la vida del avión es más prolongada y ralentiza la corrosión de las piezas.
En este sector hay profesionales especializados en el mantenimiento como en el desmantelamiento. La industria aeronáutica da su mejor cara reutilizando y reciclando estas máquinas volantes y entendiendo que a través de esta actividad la sostenibilidad y las prácticas ecológicas cobran aquí su mayor sentido.
Está claro que lo que parece ser la última fase de vida de los aviones, en realidad, para muchos de estas máquinas es una parada prolongada antes de volver a volar bien por cambiar de actividad o en forma de piezas reutilizadas. En definitiva, hay vida después de la vida.
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