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30/11/2024

Burocracia igual a ineficiencia y corrupción

Francisco M. M… / Jueves, 11 Julio 2024 - 01:00

“Burocracia es el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil” 

La corrupción ha sido, y hoy más que nunca es, uno de los principales problemas que aquejan a nuestro México y que de muchas maneras nos afectan a todos, personas e instituciones.

Podemos resumir que los actos de corrupción concentran el uso discrecional del poder en cualquier área y que solo buscan obtener ventajas y beneficios personales o para terceros y estas actitudes tienen colocado a nuestro país entre los primeros lugares de percepción de la corrupción en todo el mundo.

Son tres las características fundamentales de este grave problema que cuesta millones de pesos cada día:

1) El uso inadecuado o la falta de los recursos económicos y humanos, y por consecuencia, la falta de resultados.2) La opacidad y la necesidad de mecanismos de participación ciudadana, ya que es el ciudadano quien alimenta la corrupción.3) La ilegalidad en el actuar de algunos servidores públicos.

Nuestra industria aérea no ha podido sacudirse este problema que se ha incrementado de manera alarmante durante los últimos años y que es una clara y lógica consecuencia  de una burocracia rampante en el seno de la autoridad aeronáutica que lo complica todo y que tiene su base en leyes y reglamentos obsoletos escritos en los años 60.

A lo largo  de muchos años la antigua Dirección General de Aeronáutico Civil (DGAC) vivió, y muchos de nosotros con ella,  una tremenda burocracia y constantes actos de corrupción y cuando llegó la nueva Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) todos teníamos la esperanza de un cambio verdadero, que tristemente y a pesar de haber pasado un par de auditorías internacionales (con sus asegunes), hasta hoy no se ha dado.

Peor aún, el problema burocrático derivado de esa falta de todo tipo de recursos y personal experto ha complicado mucho más los procesos en donde la autoridad aeronáutica Federal de México debe intervenir.

Lo lógico hubiera sido que al tener una administración militar, aunque hablamos de una Agencia Federal de Aviación CIVIL, podría implantarse el orden, la disciplina, la eficiencia en el actuar y la honestidad, que son algunos de los valores fundamentales  del comportamiento castrense, pero desafortunadamente todo ha quedado en una posibilidad.

Ya hemos hablado de que los militares por su especial formación no  cuentan con las capacidades que exige el trabajo de una Institución civil, así como un civil no  tiene las cualidades profesionales para dirigir y administrar, por  ejemplo,  una base aérea militar. 

Esta incursión de militares asignados a trabajos de dirección como autoridades aeronáuticas se ha presentado en no pocos países del mundo como Argentina y La India, entre otros, y los resultados no han sido los esperados sino al contrario: la administración militar ha complicado todos los procesos y por consiguiente el desarrollo de la industria aérea.

Desafortunadamente nuestro México no es una excepción y son los reglamentos y leyes obsoletas, de la mano de los recursos económicos y humanos necesarios, lo que sigue complicando todo tipo de procesos en manos de nuestros militares.

Nuestra aviación sufre hoy de las consecuencias de malas decisiones  que casi nunca han tenido que  ver con lo  técnico sino más bien con lo  político y debemos decir que debería de ponerse en primer lugar y por encima de todo la seguridad de los miles de pasajeros que abordan aviones cada día.

A pesar de todos sus graves problemas, nuestra aviación comercial sigue creciendo pero la burocracia y todas sus indeseables consecuencias representan un enorme peso adicional para su total éxito y consolidación.

México podría ser hoy una verdadera potencia aérea en el mundo si el trabajo de la autoridad aeronáutica Federal fuera eficiente, evitando burocracia y corrupción    apoyado en reglamentos y leyes modernas y adecuadas a los nuevos tiempos que hoy vive la industria aérea en todo el mundo.

Hemos transitado por años muy complicados y tal parece que los que vienen no serán mejores para la industria aérea Mexicana si no se toman, de una vez por todas, las medidas necesarias para lograr honestidad y eficiencia.

Una de esas medidas sería sin duda convertir a AFAC en una autoridad independiente con administración profesional y recursos económicos propios y que las decisiones se tomen con base a criterios técnicos profesionales y no políticos.

Como hemos dicho, son miles de vidas las que deben ser cuidadas y ese criterio debe comenzar desde la más modesta oficina de AFAC y hasta su propia dirección, ya  sea civil o militar.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

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