“El error es una arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea”. Concepción Arenal.
No pasa una semana sin que nuestra autoridad aeronáutica no nos sorprenda con alguna noticia.
No recuerdo la última vez que alguna de estas noticias haya causado el beneplácito del sector aéreo y esta semana, de nuevo, para no variar, en la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) se toman decisiones que perjudican a muchos de los que tienen hoy la mala suerte de tener que realizar algún trámite con ellos, además de que la propia autoridad se complica aún más su propio funcionamiento.
Ahora toca al departamento de medicina de aviación (o como quiera que hoy se llame), en plena transición al organigrama de AFAC, ser sujeto de cambios que hace algunos años se trataron de hacer y que resultaron en un total fracaso.
Hace tiempo, y ante el aumento constante de la demanda, se permitió el trabajo de médicos externos especialistas, llamados “terceros”, con el objeto de llevar a cabo exámenes médicos a personal técnico con licencia, y eso vino a representar un enorme alivio para los miles de trabajadores de la industria que vieron un trámite más eficiente y rápido.
La mayoría de los médicos terceros de entonces, debieron tomar cursos de especialidad aeronáutica y acondicionar sus consultorios (con el costo y tiempo que eso implica) para poder cumplir con los requerimientos y obtener el permiso para efectuar evaluaciones médicas al personal técnico.
Meses después, vino la cancelación de esos permisos a médico terceros y la autoridad aeronáutica argumentó que habían registrado un aumento en los índices de corrupción.
Debemos decir que la autoridad nunca presentó una prueba o una acusación formal en contra de nadie, y lo debió haber hecho en caso de poder probarlo por las implicaciones en seguridad aérea que ello conlleva.
Si es verdad que se descubrió corrupción entre médicos terceros, pues se debería denunciar, acusar al médico y al examinado ante las autoridades correspondientes, llevando las pruebas del delito en la mano.
Esta cancelación provocó un verdadero caos en la industria, porque medicina del transporte simplemente no se dio a basto para cumplir con la demanda de exámenes médicos a los miles de pilotos, sobrecargos, despachadores, mecánicos y controladores de tráfico aéreo que tienen una licencia y un examen médico que ampara sus actividades profesionales.
Incluso, en varias ocasiones fue necesario otorgar prórrogas a personal técnico de todas las áreas por parte de la autoridad aeronáutica, para que la industria aérea de México no colapsara por falta de personal con licencia y examen médico vigente.
El 8 de mayo pasado, AFAC expidió una circular informando que los permisos a médicos especialistas terceros, nuevamente son cancelados y cualquier examen realizado por ello es inválido.
También se informa que, en total, serán 12 unidades de medicina de aviación, distribuidas por todo el país, las encargadas de realizar el trámite del examen y que será con 15 días de anticipación al vencimiento cuando se debe agendar la evaluación médica cuando, por cierto, en el pasado se daban 30 días para poder arreglar la cita.
Solo entre pilotos de aerolíneas nacionales hay alrededor de 6 mil, y habría que aumentar los pilotos corporativos, de helicópteros y agrícolas, que deben revalidar examen médico cada año o cada seis meses, dependiendo de la edad.
En un cálculo aproximado, partiendo de los datos de buena fuente, el número de técnicos que requieren licencia y examen médico, en todas las áreas de la industria aérea en México, puede ser en este año arriba de los 45 mil.
Tomando en cuenta esta cifra, uno podría esperar que, en vez de disminuir o cancelar la cantidad, los médicos terceros estos debieran ser aumentados para garantizar eficiencia y rapidez en el trámite.
Hay que decir que, como una sorpresa burocrática adicional, ahora es necesario presentar un examen general de laboratorio, previo al examen de AFAC, en establecimientos autorizados, el cual tiene un costo aproximado de 3 mil pesos, que hay que aumentar a los 2,039 pesos de la evaluación médica oficial y, este nuevo requisito de examen de laboratorio, debe incluir un examen de VIH, lo cual, por cierto, es ilegal por ser un claro atentado a los derechos humanos de cualquier ciudadano.
Ya se vivió el problema de la cancelación de médicos terceros en el pasado, y tuvo sus consecuencias en perjuicio de miles de propietarios de licencias y exámenes médicos y de nuestras aerolíneas. La pregunta obligada es, ¿por qué hacer de nuevo algo que en el pasado ya probó que no funciona?
La toma de decisiones al vapor, y la ineficiencia, provocan una burocracia verdaderamente aterradora, donde todo es complicado, difícil, complejo, enredado, confuso y enrevesado.
Todo lo que hoy se decide, va en contra de la calidad del servicio y la innovación, en contra de la eficiencia y eficacia.
Según la teoría de la gestión de organizaciones, se deben buscar liderazgos y grupos de trabajo bien entrenados, con experiencia, orientados a la honestidad, la efectividad y al cambio verdadero.
Tenemos a la vista que lo anterior no está sucediendo en el seno de nuestra autoridad aeronáutica, y seguramente en el futuro veremos mayores problemas sobre el tema de medicina de aviación (entre otros), manejado por AFAC… Al tiempo.
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