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01/12/2024

El Programa Espacial de México y el Plan Nacional de Desarrollo 2024 – 2030

Fermín Romero / Viernes, 27 Septiembre 2024 - 01:00

A escasos días de que la nueva administración asuma las riendas del gobierno federal, el equipo de transición está trabajando en la integración del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2024 – 2030. Alienta saber que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, otorgará prioridad a la ciencia tras la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI antes CONAHCyT), a cargo de la Dra. Rosaura Ruiz Gutiérrez, una calificada científica mexicana, quien sin duda realizará una destacada función al frente de la SECIHTI, y quien además ha desarrollado una amplia trayectoria profesional en diversas instituciones nacionales e internacionales, algunas de las cuales (UNAM, Academia Mexicana de Ciencias y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura-OIE), realizan esfuerzos importantes en el ámbito espacial. Lo anterior, aunado la propuesta de la Dra. Sheinbaum, durante su campaña, de priorizar la conectividad lanzando un nuevo satélite para ofrecer servicios de internet en las regiones más remotas del país. Esa sensibilidad hacia los asuntos del espacio mostrada por la Dra. Sheinbaum alberga esperanzas para el desarrollo espacial de México.

 

Con el inició de la gestión de la primera presidenta de México, se presenta la oportunidad de dar vuelta a la página del pasado en el que el sector espacial, a cargo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), ha carecido de recursos suficientes para llevar a cabo su misión y funciones. Desde la creación de la AEM en 2010, el tema presupuestal ha sido un asunto recurrente, en 2017 alcanzo su mayor presupuesto ($199,340 mil 951 pesos), en 2022 sufrió un drástico recorte cuando le fue asignado su presupuesto más bajo ($51 millones 981 mil 27 pesos). En el sexenio que concluye, el presupuesto se redujo casi a la mitad pasando de $125 millones 175 mil 821 pesos en 2019 a $69 millones 492 mil 442 pesos en 2023. En esta columna he reiterado constantemente la urgente necesidad de tomar en serio el desarrollo espacial apuntalándolo con recursos suficientes para el sector. Los organismos internacionales especializados recomiendan el 1% del PIB, recursos que deben etiquetarse en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

 

El PND establecerá los objetivos, estrategias y prioridades del gobierno de México para el sexenio 2024 – 2030, que inicia el próximo 1° de octubre, estructurado en ejes generales y transversales que incluyen rubros tales como política y gobierno, estado de derecho, desarrollo económico, política social, salud, educación, ciencia y tecnología, seguridad, bienestar, igualdad de género, combate a la corrupción, entre otros agrupados en programas sectoriales, buscando establecer y orientar la eficiencia de la administración pública, para las sentar las bases de un futuro próspero y sostenible que permita lograr el desarrollo del país y el bienestar de los mexicanos. Este documento de planeación se elabora tomando en cuenta las consultas públicas que permiten a la población participar en este ejercicio.

 

Como ciudadano responsable y comprometido con el sector espacial a continuación pongo a consideración de la Dra. Sheinbaum y su equipo mi modesta contribución en lo concerniente al sector espacial, insumos que considero necesario incluir en la elaboración del PND 2024 – 2030. En el caso del Programa Espacial de México, éste debe incluir una visión clara, ambiciosa y de largo plazo que permita al país posicionarse como un actor relevante en el sector espacial a nivel global. Un programa espacial mexicano sólido, ambicioso y bien financiado puede traer grandes beneficios para el país, como lo subrayé en la colaboración de la semana anterior. Por ello es importante que el PND 2024-2030 establezca las bases para que México se convierta en una potencia espacial emergente en los próximos años; el país cuenta con toda la capacidad para lograr esa meta si logra articular los esfuerzos de la cuádruple hélice en torno al Programa Espacial de México.

 

El PND 2024 – 2030 debe plantear la formulación de un Plan Nacional de Articulación del Sector Espacial (que rescate los objetivos truncos de los planes de Órbita 1 y 2.0 y del programa nacional de actividades espaciales, así como una actualización -acorde al contexto nacional y global actual- de las Líneas Generales de Política Espacial de México publicadas en 2011 en el DOF), una Agenda Estratégica Espacial que impulse un Sistema Nacional de Innovación Espacial (SNIE), en consistencia con el marco legal que proveerá la Ley Nacional de Desarrollo Espacial. Con base en lo anterior, el PND 2024 – 2030 debe considerar los siguientes:

 

Objetivos estratégicos

  • Aprobación de la Reforma constitucional en materia espacial. Es urgente que el Congreso concluya el proceso legislativo que permita la publicación del decreto en el Diario Oficial de la Federación, lo que permitirá dar el siguiente paso la introducción de la iniciativa de ley secundaria para formular una Ley Nacional de Desarrollo Espacial (y sus reglamentos), un instrumento jurídico de vital importancia para articular y consolidar el sector espacial del país y aprovechar al máximo su potencial, en el contexto global de la nueva carrera espacial (NCE) y el NewSpace. Esta ley establecerá un marco legal sólido y coherente para regular las actividades espaciales, brindar certeza jurídica a todos los actores involucrados, incluidas las empresas, promover la inversión nacional y extranjera y la innovación en el naciente ecosistema espacial nacional, generar empleos, formar capital humano especializado y contribuir al desarrollo científico-tecnológico (espacial), económico y social del país.
  • Fortalecimiento de la investigación y el desarrollo tecnológico. Debe apuntalarse la inversión en investigación básica y aplicada para desarrollar tecnologías espaciales propias, como satélites con aplicaciones civiles y militares (observación de la tierra, navegación, científicos y de comunicación), cohetes, vehículos de lanzamiento, sistemas de propulsión, puertos espaciales, antenas, estaciones terrenas y centros de control de misión.
  • Desarrollo de capital humano especializado. Impulsar a la formación (educación STEM) de ingenieros, científicos y técnicos en el sector espacial, a través de programas de becas, intercambio académico, fortalecimiento y especialización de los centros de investigación y formación de capital humano en materia espacial existentes, creación de estaciones análogas, capacitación y envío de astronautas al espacio, entre otras áreas relacionadas.
  • Promoción de ecosistemas y clústeres en la industria espacial nacional. Fomentar la creación de pequeñas y medianas empresas (pymes) en la cadena de proveeduría del sector espacial y startups enfocadas en el desarrollo de productos y servicios espaciales, así como la atracción de inversión extranjera. Promover la colaboración efectiva de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación-CANACINTRA y la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial-FEMIA para el desarrollo del ecosistema espacial nacional.
  • Aplicaciones prácticas de la tecnología espacial. Desarrollar aplicaciones concretas de la tecnología espacial para beneficio de la sociedad, en segmentos como la observación de la Tierra para el monitoreo de recursos naturales y la gestión de desastres, las telecomunicaciones y la navegación satelital.
  • Cooperación internacional: Acrecentar las alianzas estratégicas con las agencias espaciales más importantes (NASA, ESA, JAXA, ISRO, KARI, CSA, AEB, CNSA, UAESA, ISA y Roscosmos), para participar en misiones conjuntas y acceder a tecnologías de vanguardia, como ya se hace a través del NASA Artemis Program. Así como el desarrollo de misiones conjuntas de exploración a la Luna y Marte, y participación en proyectos internacionales de investigación espacial a nivel orbital (manteniendo una colaboración activa en la Estación Espacial Internacional-EEI u otros laboratorios espaciales) y en el espacio profundo.

 

Líneas de acción

  • Fortalecimiento de la Agencia Espacial Mexicana. Dotarla de los recursos necesarios para coordinar y ejecutar el Programa Espacial de México, así como para proporcionar todo el respaldo institucional del sector a la comunidad espacial de la cuádruple hélice, es decir, a las entidades gubernamentales, académicas, empresariales y de la sociedad civil organizada que realizan actividades espaciales.
  • Desarrollo de infraestructura espacial en la Tierra y en el espacio. Construcción de plataformas de lanzamiento, estaciones terrenas, laboratorios de investigación, mediante Asociaciones Público Privadas (APP), así como participar en el desarrollo de módulos para las estaciones espaciales que sustituirán a la Estación Espacial Internacional (EEI) a partir de 2030.
  • Participación en misiones espaciales internacionales. Fomento a la participación de científicos e ingenieros mexicanos en más misiones espaciales de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y otras agencias espaciales.
  • Promoción e impulso de la educación espacial. Implementación de programas educativos (STEM y basados en proyectos) en todos los niveles (como la iniciativa Academia Espacial de la CANACINTRA) para despertar el interés de las nuevas generaciones por la ciencia y la tecnología espacial.
  • Apoyo a la innovación y el emprendimiento. Creación y fomento de fondos de inversión gubernamental, fondos de desarrollo y capital de riesgo para startups espaciales y la organización de competencias (como la que organiza la Fundación Acercándote al Universo-FAU, Emprendimientos juveniles en el sector espacial”) y eventos para fomentar la innovación.

 

Indicadores de desempeño

  • Número de satélites desarrollados y puestos en órbita.
  • Número de empresas espaciales creadas.
  • Número de ingenieros titulados en licenciaturas, maestrías y doctorados relacionados con las actividades espaciales.
  • Número de científicos e ingenieros mexicanos trabajando en el sector espacial nacional.
  • Número de misiones espaciales nacionales desarrolladas por la academia, industria, gobierno y sociedad civil organizada.
  • Participación de México en misiones espaciales internacionales.
  • Número de alianzas estratégicas de colaboración internacional con resultados tangibles.
  • Impacto de las aplicaciones espaciales en la sociedad.

 

El papel del sector privado en el Programa Espacial de México

 

El sector privado es un actor fundamental en el desarrollo de cualquier programa espacial a nivel global y México no es la excepción. Al fomentar la innovación, la inversión y la colaboración, el gobierno federal puede crear un ecosistema espacial dinámico y competitivo que beneficie a toda la sociedad. En el contexto del PND 2024-2030, su participación es esencial para alcanzar los objetivos ambiciosos que plantea el Programa Espacial de México, por las siguientes razones.

 

  • Innovación y agilidad. Las empresas privadas suelen ser más ágiles y flexibles en la adopción de las tecnologías emergentes en el sector espacial y en la adaptación a los cambios del mercado.
  • Complemento a la inversión pública. La inversión privada complementa la inversión pública, permitiendo acelerar el desarrollo de los proyectos espaciales y ampliar su alcance.
  • Generación de empleos. La creación de empresas espaciales (Pymes y Startups, cuyos objetivos, modelo de negocio, financiamiento, crecimiento y riesgo son diferentes) genera empleos altamente calificados y estimula el crecimiento económico.
  • Acceso a mercados globales. Las empresas privadas tienen mayor facilidad para acceder a los mercados internacionales y establecer alianzas estratégicas con empresas extranjeras.

 

Las áreas identificadas en las que el sector privado puede contribuir de manera significativa son:

  • Desarrollo de satélites y sistemas espaciales: El sector privado puede desarrollar una amplia gama de satélites, desde pequeños satélites para observación de la Tierra hasta grandes satélites de comunicaciones.
  • Servicios de lanzamiento: Las empresas privadas tienen capacidad para invertir en la construcción y operación de infraestructura espacial, como estaciones terrestres, puertos espaciales y ofrecer servicios de lanzamiento de satélites en ese mercado, reduciendo los costos y los tiempos de espera para las misiones espaciales.
  • Aplicaciones de la tecnología espacial: El sector privado puede desarrollar aplicaciones innovadoras de la tecnología espacial en diversos sectores, como agricultura, seguridad alimentaria, energía, medicina, logística y seguridad, entre muchos otros.

 

El gobierno federal puede fomentar la participación del sector privado a través de:

  • Creación de un marco regulatorio favorable: Simplificar los trámites y reducir los costos asociados a la creación y operación de empresas espaciales.
  • Instituir incentivos fiscales: Ofrecer incentivos fiscales a las empresas que inviertan en investigación y desarrollo en el sector espacial.
  • Fomento de la colaboración público-privada: Promover la colaboración entre el gobierno, las universidades y las empresas privadas a través de proyectos conjuntos y programas de financiamiento.
  • Creación de fondos de inversión: Establecer fondos de inversión para apoyar a las startups espaciales y a las pequeñas y medianas empresas.

 

El sector espacial es un campo altamente especializado (con certificaciones, acreditaciones, normalización y estándares), riesgoso y competitivo, que requiere de importantes inversiones y conocimientos técnicos; cuestiones que el gobierno federal debe tener en consideración en el PND 2024 – 2030 para apoyar y fomentar la creación de una industria y mercado interno, que aproveche las ventajas del nearshoring. Las empresas mexicanas que buscan ingresar o migrar a esta industria enfrentan diversos desafíos, entre los que destacan los siguientes:

 

  • Alto costo de inversión. El desarrollo de tecnología espacial requiere de inversiones significativas en investigación, desarrollo y adquisición de equipos especializados. Esto representa un obstáculo importante para las pequeñas y medianas empresas.
  • Complejidad tecnológica. La industria espacial demanda un alto nivel de conocimiento técnico y científico. La curva de aprendizaje para dominar las tecnologías espaciales es considerable.
  • Acceso limitado a financiamiento. Las fuentes de financiamiento para proyectos espaciales suelen ser escasas y competitivas. Los bancos y los inversionistas privados suelen ser reacios a financiar proyectos de alto riesgo y de largo plazo, ya que prefieren los retornos de inversión cortos.
  • Normatividad y regulación. La regulación del sector espacial es compleja y varía entre países. Cumplir con los estándares internacionales y las regulaciones nacionales es un proceso costoso y burocrático para las empresas mexicanas con interés de incursionar en el sector espacial. La labor de entidades como CANACINTRA y FEMIA serán fundamentales para el desarrollo de la industria espacial de México.
  • Escasa infraestructura. La falta de infraestructura especializada, como plataformas de lanzamiento, laboratorios de pruebas y cuartos limpios, limita las capacidades de las empresas mexicanas para desarrollar y probar sus productos.
  • Reorientación de la producción. Las empresas que desean migrar hacia el sector espacial deben reorientar su producción y desarrollar nuevas capacidades. Esto implica inversiones en capacitación, investigación y desarrollo, así como en la adquisición de nueva tecnología.
  • Adaptación a nuevos mercados: El mercado espacial es muy diferente a otros mercados. Las empresas deben adaptarse a nuevos clientes, canales de distribución y modelos de negocio.
  • Gestión de riesgos: Los proyectos e industria espaciales son altamente riesgosos. Las empresas deben desarrollar estrategias para gestionar estos riesgos y minimizar las pérdidas.
  • Competencia internacional. La competencia en el sector espacial es global. Las empresas mexicanas deben competir con grandes corporaciones internacionales que cuentan con una mayor experiencia, competitividad y recursos.

 

El papel de la academia en el Programa Espacial de México

 

La academia y los centros de investigación son pilares fundamentales para el desarrollo y éxito de un Programa Espacial de México sólido y sostenible. Al generar conocimiento, formar talento y desarrollar tecnologías, contribuyen a fortalecer la soberanía tecnológica del país y a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Su papel en el PND 2024-2030 es crucial para alcanzar los objetivos establecidos.

 

  • Generación de conocimiento. Universidades y centros de investigación llevan a cabo investigación básica y aplicada en áreas como astrofísica, ingeniería aeroespacial, ciencia de materiales, etc. Este conocimiento es la base para el desarrollo de nuevas tecnologías y misiones espaciales.
  • Formación de talento. Las instituciones académicas son responsables de formar a las nuevas generaciones de capital humano (ingenieros, científicos y técnicos) especializado en el sector espacial. A través de programas de licenciatura, posgrado y doctorado, se garantiza la continuidad del programa espacial en el largo plazo.
  • Desarrollo tecnológico. Los centros de investigación desarrollan prototipos, realizan pruebas y validan nuevas e innovadoras tecnologías espaciales, como sensores, sistemas de propulsión y materiales resistentes a condiciones extremas.
  • Colaboración empresa-universidad. La academia establece colaboraciones con empresas del sector espacial para transferir tecnología, desarrollar proyectos conjuntos y fomentar la creación de startups.
  • Divulgación científica. Las universidades y centros de investigación tienen un papel importante en la divulgación científica, despertando el interés de las nuevas generaciones por la ciencia y la tecnología espacial.

 

La academia contribuye al PND 2024-2030 mediante:

  • Establecimiento de redes de colaboración. Fomentar la colaboración entre diferentes instituciones académicas y centros de investigación, así como con el sector privado y el gobierno.
  • Participación en proyectos nacionales e internacionales. Participar en proyectos de investigación y desarrollo financiados por el gobierno o por agencias espaciales internacionales.
  • Creación de centros de investigación especializados. Desarrollar centros de investigación especializados en áreas clave para el programa espacial, como la observación de la Tierra, las comunicaciones por satélite y la exploración espacial.
  • Ofrecimiento de servicios de consultoría. Proporcionar servicios de consultoría a empresas y agencias gubernamentales en materia espacial.

 

Por ello, se les debe dotar de financiamiento, equipamiento adecuado para que puedan realizar investigaciones de vanguardia y desarrollar programas para atraer y retener a los mejores talentos en el sector espacial. La UNAM, el IPN, el CICESE, el INAOE, la BUAP, la UNAQ, son algunos honrosos casos de éxito de instituciones académicas mexicanas en el ámbito espacial.

 

El papel de la sociedad civil en el Programa Espacial de México

 

Por último, la sociedad civil organizada en el ámbito espacial, conformada por asociaciones, ONG's, grupos de astrónomos aficionados y comunidades interesadas en la ciencia espacial, desempeña también un papel relevante, complementario al de las instituciones gubernamentales y académicas, en el Programa Espacial de México. Su activa participación creando comunidad espacial potencia el desarrollo de este sector estratégico y genera un mayor impacto social. Su rol específico se concentra en:

 

  • Divulgación y concientización. La sociedad civil organizada en el ámbito espacial nacional lleva a cabo actividades de divulgación científica para acercar la astronomía y la astronáutica a la población en general, especialmente a los jóvenes. Que despierta el interés por la ciencia y la tecnología, fomentando el desarrollo de vocaciones científicas. Un caso de éxito en México lo representa la Fundación Acercándote al Universo (FAU), considerada la comunidad espacial más importante de México y América Latina, que cuenta con un potente canal de difusión, Café Espacial Series (divulgación y periodismo espacial), con una audiencia global especializada significativa y la versión digital impresa, a través del portal Aviación 21, especializado en temas aeronáuticos y espaciales; además de su estrecha vinculación y colaboración con la Asociación Europea de Derecho Aeronáutico y Espacial (AEDAE), ReLaCa – Espacio, Space Jano, ACHIDE, ARECH, Sideralis Foundation y Spatio Australis, entre muchas otras organizaciones y empresas que integran el ecosistema espacial de la FAU.
  • Participación ciudadana. La sociedad civil participa en la definición de las prioridades y objetivos del Programa Espacial de México, así como en el seguimiento de su implementación. Esto garantiza que el programa responda a las necesidades y expectativas de la sociedad.
  • Desarrollo de proyectos: La sociedad civil desarrolla proyectos de investigación y desarrollo en colaboración con instituciones académicas y empresas del sector espacial, la FAU es un ejemplo representativo con sendos proyectos educativos y de emprendimiento en el sector espacial de amplio reconocimiento nacional e internacional, realizados en colaboración con la cuádruple hélice (SRE, AEM, ALCE, FAMEX, CANACINTRA, FEMIA, FUMEC, COMEA, LINX ICN UNAM, ANE, CIRSS, Cámara de Diputados, Red Global MX, ENMICE, entre otras entidades). La FAU en sus divisiones Senior, Juvenil e Infantil organiza talleres, cursos y actividades educativas para promover el aprendizaje de la ciencia y la tecnología espacial en todos los niveles educativos. Los proyectos abordan temas diversos como la observación astronómica, el diseño de pequeños satélites o el desarrollo de aplicaciones espaciales.
  • Advocacy: La sociedad civil organizada puede ejercer presión (Lobby) sobre los tomadores de decisiones para garantizar la asignación de recursos suficientes necesarios para el Programa Espacial de México y promover políticas públicas que favorezcan su desarrollo.

 

La activa participación de la sociedad civil organizada en el ámbito espacial contribuye al PND 2024 - 2030 a través de:

 

  • Colaboración con instituciones. Al establecer alianzas estratégicas con instituciones gubernamentales, académicas y empresas para llevar a cabo proyectos conjuntos del sector espacial.
  • Creación de redes: Forma redes de colaboración a nivel nacional e internacional para compartir conocimientos, recursos y experiencias. Ya hemos descrito el ejemplo de las redes nacionales e internacionales creadas por la FAU.
  • Participación en foros y eventos: Participa activamente en foros, congresos y eventos relacionados con el espacio para dar a conocer sus iniciativas y propuestas.
  • Fomento de la cultura espacial: Organiza eventos de observación astronómica, concursos de diseño de satélites, ferias de ciencia y tecnología, semana mundial del espacio, entre otros.

 

No obstante, a pesar de su loable labor, la sociedad civil organizada suele tener dificultades para acceder a financiamiento para sus proyectos, en ocasiones no cuenta con el respaldo ni reconocimiento institucional que merece, además de que algunas organizaciones carecen de la profesionalización o capacidad técnica y administrativa necesaria para llevar a cabo proyectos de gran envergadura. Por todo lo anteriormente expuesto, es importante que el PND 2024 – 2030 considere los amplios beneficios de un Programa Espacial de México sólido, entre los que destacan:

 

  • Desarrollo tecnológico. Impulsa la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías en diversos sectores e industrias.
  • Generación de empleos. Creación de empleos altamente calificados y remunerados, así como retención de talentos para el desarrollo del sector espacial nacional.
  • Fortalecimiento de la soberanía tecnológica nacional. Permite a México tener mayor autonomía en materia de comunicaciones, observación de la Tierra, navegación y seguridad nacional.
  • Prestigio internacional. Posiciona a México como país líder en el sector espacial a nivel regional y global.

 

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