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01/12/2024

Construyendo un cerebro multitareas para pilotos

José Luis Merino / Martes, 15 Diciembre 2020 - 20:21

La jornada laboral de un piloto inicia la noche anterior: mentalizar si la secuencia de vuelos desencadenará en una pernocta o finalizará siendo un vuelo radial. También deben pensar en la distancia a recorrer, los tiempos, el jet lag, la hora a la que tendrá que despertarse, el tiempo necesario para ir al aeropuerto en taxi, el equipaje, la documentación, el pasaporte, dejar todo en orden en la casa, pasar a la sala de firmas, los reportes meteorológicos, el combustible, el manifiesto de peso y balance, las comunicaciones, las listas de comprobación, las autorizaciones, la salida, la operación del avión, los sistemas, la ruta, la altitud, las computadoras de vuelo, los pasajeros necios y disruptivos, las presiones de la aerolínea, los códigos de demora, los procedimientos en aeropuertos, las prohibiciones y restricciones establecidas por la ley, las técnicas de vuelo, las limitaciones del avión, el rendimiento, los aeropuertos alternos, y un gran etcétera.

Si bien la actividad aeronáutica requiere un gran grado de eficiencia  y sistematización, mediante secuencias lógicas que, afortunadamente en la actualidad son apoyadas con recursos tecnológicos y automatización en mayor o menor  grado dependiendo el tipo de aeronave, y las reglas están en términos generales sistematizadas y están por escrito, el cerebro del piloto aviador debe estar construido sobre bases sólidas, manteniendo una lógica operativa capaz de sistematizar, así como poder identificar riesgos y actuar en consecuencia con eficiencia, rapidez pero a la vez con un autocontrol en el entendimiento del altísimo grado de responsabilidad que implica llevar a su cargo una aeronave de millones de dólares llena de seres humanos que esperan llegar sanos a sus destinos.

El piloto aviador desarrolla entrenamientos recurrentes en simuladores de vuelo con cierta periodicidad, de acuerdo con las normas establecidas por las aerolíneas y la autoridad aeronáutica, el mantener los cimientos de tales entrenamientos en un cerebro sólido, un cerebro firme y entrenado con una alta tolerancia al estrés, un cerebro organizado con patrones mentales lógicos entrenado más allá del adiestramiento aeronáutico con ejercicios de “Gimnasia cerebral” como, por ejemplo, el desarrollo de ejercicios lógicos matemáticos, ejercicios de criterio lógico fonético-visuales, ejercicios de coordinación ojo mano, realización de crucigramas.

La neuróbica, también conocida como gimnasia cerebral y gimnasia mental, es un conjunto de ejercicios, problemas y rompecabezas mentales que mejoran el rendimiento del cerebro. El término neuróbica lo acuñaron el neurobiólogo Lawrence Katz y Manning Rubin para describir ejercicios mentales diseñados para mantener al cerebro alerta y fue popularizado por Lawrence Katz en 1999. Se presume que la estimulación sensorial y actividades como acciones y pensamientos inusuales producen más sustancias químicas del sistema neurobiológico del cuerpo que estimulan el crecimiento de nuevas dendritas y neuronas en el cerebro. Las acciones rutinarias son tan automáticas en una persona que la mayoría de las acciones se realizan en gran medida de forma inconsciente. Tales acciones automatizadas o inconscientes requieren una menor actividad en el cerebro, y menos ejercicio. Con la ayuda de ejercicios neuróbicos, se afirma que se puede estimular el cerebro. Un ejemplo de un ejercicio neuróbico es llevar a cabo una acción rutinaria, como marcar un número de teléfono o cepillarse los dientes con la mano contraria a la habitual. Otros neurobiólogos sugieren que la neuróbica puede retardar el envejecimiento del cerebro.

Creemos que este tipo de entrenamiento puede mejorar las respuestas del piloto aviador.

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