En los últimos 10 años, Brasil ha otorgado 59 aeropuertos a 11 operadores
Pablo Chávez Meza
En los últimos 10 años, Brasil ha concesionado 59 aeropuertos a 11 operadores independientes y está medida ha continuado autónomamente a la corriente política que llega al Gobierno de esa nación, afirmó Ricardo Catanant, director de la Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil (ANAC).
En entrevista exclusiva con A21, el funcionario brasileño explicó que, pese a los cambios de Gobierno, ese programa se quedó, los Gobiernos lo dejaron pues precisó que desde que comenzó la política de privatización de los aeropuertos, en Brasil se conformaron 11 operadores independientes de aeropuertos por todo el territorio y con esto se busca garantizar inversiones seguras en el sector.
Antes, dijo, todos los aeropuertos eran públicos, federales y operados por una estatal, Infraero, por lo que no había mucha competencia.
“Pero ahora con muchos grupos hay competencia para atraer vuelos internacionales, la formación de hubs domésticos y todo eso ha dinamizado la economía y el transporte aéreo en el país”, dijo.
Catanant señaló que en Brasil siempre han tenido una relación muy buena con el Gobierno y eso hizo que se tomaran decisiones en término de políticas públicas direccionadas para fomentar y afianzar inversiones en el sector que tengan seguridad jurídica.
“Principalmente en el tema de concesiones de aeropuertos hicimos un programa y ya está en la séptima ronda, así, casi 60 aeropuertos han sido concesionados en los últimos 10 años con resultados muy positivos y con muchas inversiones, desde que empezó la agencia, hace 17 años.
“La agencia ha promovido un diálogo muy fuerte entre aerolíneas y toda la cadena de la aviación civil para tratar de acomodar esos intereses y siempre mirando al interés mayor, al del pasajero, consumidor”, aseveró.
El director de la ANAC expresó que desde el punto de vista de la Agencia parece muy importante poner a los actores en un diálogo, para conocer las dificultades y cómo estructurar de una manera más racional y eficiente las políticas que orientan la regulación para el sector.
Reconoció que no han sido gestiones fáciles, pues para Brasil como un país largo con distancias muy grandes, hacer la penetración de esa industria por todo el país, al interior es una preocupación muy grande.
Añadió que a esto se le suma lo caro de los precios de los boletos de avión que atentan contra el consumidor, debido a que eso está directamente relacionado con los costos de las aerolíneas.
Y es que en esa nación sudamericana los costos están casi 70% más dolarizados, es decir, dijo, la fluctuación del dólar frente al real de Brasil afecta muy fuertemente los costos de los boletos, así como las variaciones del precio del combustible y petróleo.
Esos dos factores dependen de una serie de gestiones, la guerra, la pandemia y cosas que afectan a la macroeconomía de los países y muchas veces no hay medidas directas de los países, de los Gobiernos de la ANAC para enderezar y corregir esos problemas, pero en lo que sea posible se puede direccionar la política pública y la regulación para intentar resolver esos problemas que son coyunturales, puntualizó.
Finalmente, el director de la ANAC expresó que en julio pasado tuvieron una cita con la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). El desafío es muy parecido: México tiene una posición favorable, tiene un mercado turístico; Brasil busca atraer la competencia, atraer más inversiones, abrir más el mercado y eso trae el interés de aerolíneas.
“Y un país como México, creo que es una aproximación natural: son países con intereses mutuos, países que deben estar más integrados”, puntualizó.
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