Tráfico en aeropuertos europeos crece 8.5% en 2017

Durante el 2017, la afluencia de pasajeros aéreos en aeródromos europeos registró un crecimiento de 8.5 por ciento en comparación con el año inmediato anterior, de acuerdo con cifras del Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI-Europe según sus siglas en inglés).

En un comunicado, la organización aeroportuaria indicó que esta tasa de crecimiento fue la más dinámica de los últimos trece años, impulsada por una recuperación importante en las frecuencia de vuelo en países no pertenecientes a la Unión Europea (UE).

De este modo, el tráfico en aeropuertos no comunitarios aumentó 11.4 por ciento, con Rusia, Turquía, Georgia, Ucrania, Moldavia e Islandia como los principales contribuyentes.

Por su parte, los recintos aéreos al interior de la UE crecieron su tráfico en 7.7 por ciento, particularmente en la partes oriental y sur del continente.

Así, Estonia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Rumania, Bulgaria, Chipre, Malta y Portugal registraron tasas de crecimiento a doble dígito.

Entre los más destacados, la terminal internacional de Bucharest, Rumania (BBU) tuvo una alza de tráfico del 208.9 por ciento en 2017 comparado con 2016, esto en la categoría de aeropuertos que reciben hasta 5 millones de pasajeros al año.

Respecto a la carga aérea, esta tambien registró un alza de 8.5 por ciento durante el 2017, que reflejó el crecimiento sostenido de la economía europea.

Al respecto, Olivier Jankovec, director general de ACI-Europe, indicó que este es el mejor año para los aeropuertos europeos desde el 2004 cuando 10 países se incorporaron a la UE.

Agregó que este desempeño es resultado de varios años de crecimiento continuo en la demanda de transporte aéreo, a pesar de las adversidades económico-políticas del continente. Así, desde el 2012 la afluencia de pasajeros se ha incrementado en un 30 por ciento.

No obstante, Jankovec prevé que las tasas de crecimiento no serán tan altas durante este año, dado que las líneas aéreas están enfrentando mayores costos de operación como resultado de la alta cotización de los barriles de petróleo.