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28/11/2024

Pérdida de control, causa probable de accidente de avión N601VH

Redacción A21 / Lunes, 3 Enero 2022 - 19:15
La tripulación perdió el control de la aeronave cuando ésta entró en una zona de inestabilidad atmosférica

La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) publicó el Informe Final sobre el accidente del avión Canadair CL 600-2B16, matrícula N601VH, ocurrido el 5 de mayo de 2019 en Coahuila, mientras volaba de Las Vegas, Nevada, a Monterrey, Nuevo León, con 11 pasajeros y 2 pilotos a bordo, en donde se señala como causa probable del desplome la “pérdida de control por ascenso rápido e inversiones de la aeronave provocadas por el ingreso a inestabilidad atmosférica severa, induciendo el apagado de ambos motores”.

Asimismo, la autoridad señaló en el informe redactado el 30 de diciembre de 2021 como factores contribuyentes del accidente el ingreso inadvertido a zona de inestabilidad atmosférica severa, y que la tripulación no contaba con la información necesaria del sistema de radar meteorológico de la aeronave por razones indeterminadas.

Las investigaciones del suceso arrojaron que los miembros de la tripulación, quienes operaron el vuelo para la compañía Aviación y Logística Empresarial, S.A.P.I. de C.V., estaban calificados para volar y contaban con experiencia en la operación de del avión; todas las superficies de control de la aeronave se encontraban en su posición de diseño y todos los daños que sufrió son atribuibles a las fuerzas de impacto vertical; no se encontraron evidencias de fallas de la estructura de la aeronave o mal funcionamiento de los sistemas antes de que entrara en la zona amarilla del sistema meteorológico;  sin embargo, debido a la destrucción de la cabina de mando, el sistema de Radar Meteorológico no se pudo evaluar.

En el informe se señala que la tripulación perdió el control de la aeronave cuando ésta entró en una zona de inestabilidad atmosférica, provocando una severa turbulencia, provocando que las corrientes de vientos la ascendieran rápidamente hasta niveles de vuelo de 44 mil 800 pies.

En el documento, la SICT explicó que al registrarse ángulos de ataque superiores aproximados entre 40° y 50°, tanto el ala como la sección del estabilizador vertical y horizontal, que en esta aeronave tienen forma de T, se confina su funcionamiento y no generan sustentación, lo que posibilita la alteración del flujo de entrada de aire de los motores, perdiendo la potencia de los mismo, y originando que se apagaran en vuelo.

Entre las recomendaciones de seguridad operacional, la autoridad plasmó:

La implementación dentro de su Organización (Aviación y Logística Empresarial, S.A.P.I. de C.V.) de una Oficina de Control y Seguimiento de vuelos, que apoye a las tripulaciones para la realización de vuelos seguros y reforzar las medidas en materia de supervisión y calidad de los procedimientos de la organización de las Directrices que marquen los fabricantes de las aeronaves de su flota.

Designar meteorólogos en los Centro de Control que asesoren en tiempo real a los Controladores de Tránsito Aéreo hasta en tanto Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) cuente con los recursos tecnológicos que permitan adquirir la conciencia situacional para alentar a las tripulaciones de manera precisa y eficiente.

Respecto a esta recomendación, se determinó que la ausencia de tecnología implementada en tierra por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil, para la navegación segura de las aeronaves en espacio aéreo controlado, hubiera ayudado a eliminar un peligro para que este accidente se presentara, por lo que determinó una recomendación adicional: que se asegure que los Manuales de Tránsito Aéreo de los Centros de Control, se establezcan de manera clara las directrices en el que el proveedor de servicios de tránsito aéreo proporciona información meteorológico a los tránsitos en espacio aéreo controlado, y si no cuentan con la infraestructura, deben establecer vías alternas para apoyar a las tripulaciones.

Asimismo, establece mejorar el sistema de vigilancia (radares meteorológicos en los centros de control) que permitan a los controladores visualizar y detectar sistemas meteorológicos, mostrándose estos de “colores” en las pantallas, además de mostrar la extensión e intensidad de los sistemas adversos, y/o en su defecto, que los controladores reciban información del Centro de Análisis y Pronósticos Meteorológicos Aeronáuticos para actualizar constantemente datos de precipitación, turbulencia, formación de hielo, lluvia u otros peligros para el vuelo, así como la ubicación, extensión e intensidad de los fenómenos y ordenar el estudio e implementación de este tipo de radares en el territorio nacional.

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