De acuerdo con la NASA, los próximos 20 años serán clave para que el humano logre establecerse en Marte. Bajo esta premisa, un grupo de investigadores y alumnos de la UNAM desarrollaron y presentaron un proyecto de arquitectura espacial para habitar el planeta rojo, ante el organismo estadounidense, de acuerdo con información publicada por el Conacyt.
Investigadores y alumnos de las áreas de arquitectura y mecatrónica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM se registraron en el reto 3D Printed Challenge, que lanzó la NASA en mayo pasado.
Gabriel Rosete Lima, arquitecto y líder del proyecto, explicó que de acuerdo a las bases de la convocatoria el objetivo consistió en "generar una arquitectura que se pudiera imprimir en 3D en condiciones marcianas".
Por su parte, el profesor Humberto Mancilla Alonso, de la FES Aragón, comentó que lo interesante del reto fue que sólo podían utilizar materiales de construcción que existan en Marte, "por lo que no se podrían llevar materiales desde la Tierra debido a que esto implicaría un gran derroche de recursos".
El equipo mexicano propuso la construcción de una casa de forma hexagonal, viable para ser edificada en la superficie marciana. "Encontramos que algunos materiales de Marte son óptimos para poder utilizarlos como vidrio, y se podrían usar como materia prima para imprimir en 3D”, aseguró Mancilla.
Los arquitectos mexicanos del proyecto plantearon una estructura autosoportable. El diseño presentó una cubierta piramidal, con la que evitarían que la estructura pudiera colapsar debido a la acumulación de polvo generada por las constates tormentas de este material en Marte.
Por otro lado, la estructura se basó en la forma de un panal de abejas, con la intención de que fuera modular para que, de ser necesario, la estructura pudiera crecer, "así se podrían generar más células que se puedan intercomunicar".
En el proyecto tenían que plantear una forma de impresión por deposición de material. "Es algo muy similar a las impresoras 3D pero estas tenían que funcionar en la superficie extraterrestre", especificó el profesor universitario.
El catedrático puntualizó que lo novedoso del proyecto es que se creó un sistema de impresión 3D, al que su equipo denominó construbots, los cuales son como hormigas trabajadoras. “Irían construyendo los muros y techos, es decir, llegarían a hacer la obra negra; posteriormente arribarían los astronautas para detallar algunos aspectos”.
El proyecto mexicano llegó a una segunda etapa donde se buscaba dejar totalmente clara la viabilidad técnica del proyecto, sin embargo "ya no tuvimos la oportunidad de pasar a la tercera, en la que el proyecto se aplicaría en la Tierra pero en lugares con condiciones similares a las extraterrestres, a modo de prueba", lamentó Rosete Lima.
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